Glamorama
Emilia y su marido Axel Reinchhard en una imagen de su Instagram @emiliadaiber.

La historia de amor de Emilia Daiber: «Yo estaba hablando hasta por los codos de nerviosa y de repente me calla con un beso… Y desde ahí no nos separamos nunca más»

Autor: Fran Varela / 3 agosto, 2022

«Yo estaba hablando hasta por los codos de nerviosa y de repente se me tira encima y me calla con un beso. Y desde ahí no nos separamos nunca más. Diez años ya», contó Emilia Daiber sobre cómo conoció a su marido.

La animadora de El Discípulo del Chef fue invitada al programa de Julio César Rodríguez, Pero Con Respeto, y contó su historia de amor con Axel Reichhard, con quien se casó en 2018 y tienen un hijo.

Julio César Rodríguez: “Una cosa bien poco común, que tú hayas abordado a tu pareja, tú hayas tomado la iniciativa en todo momento. ¿Siempre fuiste así?”

Emilia Daiber: “Diempre he sido así. Si me gustaba alguien me planteaba ‘hay que intentarlo. En el peor de los casos no funciona, pero cómo no vamos a tomar la iniciativa como para poder abordar a alguien que a uno le gusta’.

“Y en este caso tenía una amiga que me empieza a mostrar unas fotos, todos parecían gringos, entonces me dice ‘me gusta este y este’, y yo miré al de al lado, que era Axel. Yo dije ‘me enamoré’. Los ojitos con las pestañitas para arriba, altiro en la pura foto. Dije ‘este va a ser mi hombre’”

Rodríguez: “¿Qué edad tenías ahí?”

Daiber: “Debo haber tenido 20 años. Cuando armé mi cita fui a un supermercado, me fui a comprar ropa, un vestido blanco y todo. Llegué y le dije a mi mamá y a mi papá ‘conocí al amor de mi vida, así que en unas semanitas más les voy a presentar a un nuevo pololo’. Todavía no lo había visto en persona.

«La cosa es que llamé a un gallo que no conocía, a través de una amiga hice el contacto, lo llamé ‘hola, no te conozco…’”

Rodríguez: “¿Y no le tenías miedo al rechazo?”

Daiber: “Lo que pasa es que yo decía ‘¿qué voy a perder?’. Entonces llamé a este amigo y le dije ‘sabes que quiero conocer a tu amigo, a Axel…’ Al amigo que llamé, yo no sabía, Axel había estado con la hermana.

“Era el ex cuñado. O sea, hasta por ahí seguían medios juntos entiendo yo, entonces a mí me tinca que este gallo se lo quería sacar de encima, así que me hizo todas las manos. Yo le digo ‘ya, ¿cuándo me lo puedes presentar? Ármate un carrete, alguna cuestión, pero yo necesito verlo’”

Rodríguez: “Pero tú te obsesionaste un poco”

Daiber: “¡No! Pero llamé por teléfono…”

Rodríguez: “Me estoy asustando”

Daiber: “¿Por qué me perjudicas? No. Pero si él me decía que no yo te juro que la cortaba ligerito”

Rodríguez: “De la foto a la primera cita, ¿cuánto pasó?”

Daiber: “Una semana. Y me dijo ‘el jueves estoy de cumpleaños, lo celebro en una disco, vente para acá’. Llegué con mi escuadrón de amigas y yo bailo pésimo, pero igual le trato de poner color, entonces parecía una especie de avestruz en estado de intoxicación. Te juro que era una cosa espantosa y yo bailaba y me movía para todos lados”

Rodríguez: “¿Y tus amigas qué te decían?”

Daiber: “’Amiga, cálmese, por aquí no va la cosa’. Y él me miraba, yo decía ‘me estará mirando con cara de amor o qué ridícula más grande’. De repente va y me saluda y yo lo abrazo como si lo conociera de toda la vida. Me quedé colgada de su cuello. Y ahí me sacó a bailar, otra desafío más, parecía electrocutada tratando de bailar con él”

Rodríguez: “¿Andabas con la Kika Silva ahí?”

Daiber: “No. La Kikita no me acompañó en ese carrete”

Rodríguez: “¿Andabas con la Tita?”

Daiber: “Tampoco. No las llevé. Es que yo tenía que lucirme, ¿cómo iba a llevar a la Kika y a la Tita? Ni tonta ni perezosa. Después del esfuerzo de una semana tratando de mover la cuestión, hubiese sido hacerme una zancadilla sola.

“Entonces bailamos y me dice ‘vamos a sentarnos’, porque claramente el baile no resultó. Hablamos, yo estaba hablando hasta por los codos de nerviosa y de repente se me tira encima y me calla con un beso. Y desde ahí no nos separamos nunca más, diez años ya”

Rodríguez: “¿Y te gustó altiro, porque a veces el beso falla?”

Daiber: “El beso no fue tan bueno en esa primera instancia, en honor a la verdad, pero siempre he creído en esa cosa del amor a primera vista.

«Si bien me pasó que me enganché altiro con él, los nervios juegan una mala pasada, el amor es una cosa que hay que darle más de una oportunidad. Y después con el tiempo fueron mejorando las cosas sustancialmente”.