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Paul Vásquez y su esposa Giovanna Sepúlveda en una imagen que él compartió en el Instagram @grandeflacoo

«Amar a los 55 es totalmente diferente a cuando uno es cabro, a los 20… El primer matrimonio mío, ‘¿está embarazada?’. ‘Sí’. ‘Tienen que casarse'», expresa Paul Vásquez

Autor: Equipo Glamorama / 31 octubre, 2022

«Cuando ya estábamos juntos confiesa que de lo que más se enamoró de mi es que yo hablara de mis hijos», dice Paul Vásquez sobre su actual esposa, Giovanna Sepúlveda.

El humorista pidió matrimonio en agosto pasado luego de ocho años de relación y en un capítulo de Juego Textual emitido hace unos días por Canal 13 relató su historia de amor:

«Primera vez que pido matrimonio públicamente. Me atreví. Y guau… Amar a los 55 es totalmente diferente a cuando uno es cabro, a los 20. Porque cuando uno es cabro hace las cosas apresurado. El primer matrimonio mío, ‘¿está embarazada?. ‘Sí’. ‘Tienen que casarse’. En los ’80 era así la historia.

«(Llevan juntos) Ciento tres meses. Porque antes, cuando me casaba, uno esperaba el año del aniversario y muchas veces no pasaba el cosquilleo de los siete años. Entonces, en el primer matrimonio no duré nada, dos años casados.

«Después vino una convivencia larga de nueve años, pero no me casé. No había ese fulgor de casarme, porque como venía con este trauma del primer matrimonio que fue muy traumático tanto para mí como para mi hija.

«Nos conocimos un 7 de marzo del 2014. Fui a trabajar a Puerto Varas. En Puerto Varas me recibió una amiga y no sabía que esa amiga era en común. Ella nos presenta. Y cuando veo a esta chiquita dije ‘Dios mío de mi alma, a esta mujer le tengo que caer en gracia’.

“Yo la vi a esta chiquita hermosa, su pelo tomado, 1.56 metros, por ahí, rica. Y le digo a mi staff  ‘asegura mesa altiro’. Yo estaba haciendo el meet and greet.

“Nos sentamos en la mesa con sus amigas. Y para mala suerte de ella, queda al frente mío. Yo trataba de caerle en gracia y ella siempre con una chispeza. ¿Cómo entraba para que se fijara en mí? Andaba con aritos, eran miles de aritos.

“Más encima quedo al lado de la amiga. Y para entrar le digo ‘disculpa, me imagino que te demoras mucho en ponerte todos los aritos’. Y ella dijo ‘no. Si es uno nomás’. Sentado otra vez. La amiga me buscaba conversación. ‘No quiero hablar contigo’. Yo la miraba a ella nomás. Y de repente la gente ‘Flaquito, una foto’, ‘una foto’, ‘Flaquito, una foto’

«‘Acompáñame a fumar…’ Y cuando la conmoví a ella fue porque se impresionó que habíamos pedido unos sándwiches y era ‘una fotito’, dejaba el sándwich.

«Estaba todo el staff, mi amiga, ella, y nos pusimos de pie para ir a fumar, también fumaba. De repente vamos caminando y foto, foto, foto. Y mi asistente dice ‘¿por qué no nos vamos a la pieza? Nada de ‘mañamañaña’. Y nos vamos en patota a la pieza y en el hotel las terrazas son amplias.

“Fumamos en el balcón. Y tuve la oportunidad. ‘¿Quieres fumar?’. ‘No, tengo los míos’. Estábamos fumando y conectamos con una cuestión que se llama la risa. Empezamos a hablar de películas y series de los ’80 y nos reíamos mucho. Me dice ‘¿y tú?’. ‘Bueno, tengo seis hijos. ¿Y tú tienes hijos? ’. ‘Sí, yo tengo tres’. ‘Ah, qué hermoso, yo tengo seis’.

“Empezamos esa noche a hablar de los hijos y cuando empiezo a hablar de mi manada, que era un largo tema, para dos noches, luego, cuando ya estábamos juntos, confiesa que de lo que más se enamoró de mi es que yo hablara de mis hijos”.