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Leonor Varela y su marido, Lucas Akoskin, en la Gala del Festival de Viña 2019. FOTO: AGENCIA UNO

«Pasa a buscarme este señor… Empieza a mover las manos y yo ‘este es gay, listo’, bajé la guardia, me relajé, buena onda», recuerda Leonor Varela sobre el primer encuentro con su marido

Autor: Equipo Glamorama / 12 octubre, 2022

“Somos muy amigos, tenemos una linda comunicación y amistad», afirma Leonor Varela sobre su marido, Lucas Akoskin.

La actriz chilena y el productor argentino llevan doce años juntos y tiene dos hijos, el mayor, Matteo, fallecido en 2018, a los cinco años, debido a una enfermedad degenerativa.

En un capítulo de Pero Con Respeto emitido por Chilevisión hace tres semanas, Varela relató su historia de amor con Akoskin:

«Lo conocí en Buenos Aires. Yo estaba filmando un comercial, él estaba filmando una serie y un amigo en común me dice ‘tienes que conocer a mi amigo Lucas, encantador’. Y yo ‘bacán, conozcámonos’.

“Y no calzó, él podía, yo no podía, entonces finalmente yo cené con mi amigo y al día siguiente me dice Lucas ‘¿quieres que te lleve a comer?’, y yo ‘estoy en Buenos Aires, obvio, vamos a comer’.

“Y pasa a buscarme este señor en un auto muy elegante y todo. Yo entro al auto y me dice ‘este auto no es mío, te lo aclaro altiro, es de mi amigo, no es para pretender’. Empieza a mover las manos y yo ‘este es gay, listo’, bajé la guardia, me relajé, buena onda.

“Y nos llevamos tan bien, cenamos, nos cagamos de la risa, pero no me tiraba ninguna onda, no me hacía ojitos, entonces nada, ahí quedamos como muy amigos. Y al día siguiente me dice ‘vamos a almorzar’. Yo pensé que de buena onda y le dije ‘no, me tengo que ir en un avión a las dos’. Y me dice ‘vamos a comer una pizza al mediodía’. ‘Bueno, dale, si quieres’.

“Buena onda, habíamos terminado a las dos de la mañana en un parque comiendo helado con los travestis, cagándonos de la risa. O sea, puro pasarlo bien. Y me pasa a buscar, vamos a una pizzería y viene un amigo de él, y el amigo me mira como así ‘qué bueno conocerte’, y yo ‘¿qué le pasa a este weón?’.

“Y cruzamos la calle y de pronto Lucas me pone la mano como acá, en la espalda, y ahí dije ‘me equivoqué, creo que juzgué mal la situación’. Y en eso corre a un quiosquito y vuelve con chocolatitos de corazones, alfajores, me los pone en la mano y me dice ‘para tu viaje. Me encantó conocerte, estamos hablando’.

“Que amoroso. Pero bueno, me voy, así que no es nada, chao. Y así fue. Así nos conocimos a la distancia. Lo maravilloso de los doce años de relación con mi marido es que está muy basada en esa amistad y en ese diálogo.

“Estuvimos un mes y medio conversando por chat una vez al día, dos veces al día, tres, cinco, diez veces al día. Skype, una hora, dos horas. Llegamos a pasar ocho horas hablando por Skype, nos dormía mos juntos, comíamos juntos y nunca nos habíamos ni tomado de la mano.

“Somos muy amigos, tenemos una linda comunicación y amistad. Su cariño, su presencia, su humor, me cagaba de la risa con él y dijimos ‘ya, tenemos que conocernos’. Le dije ‘ya, yo vuelvo a Chile en tal fecha, sin compromiso, por ahí no sé, no me gusta tu olor, qué sé yo, todo puede pasar’. Y el resto es historia”.