«Logré entender mi historia de abuso (sexual) a los 35. Veinte años después… Pero es brutal el daño que una persona le puede hacer a otra», expresó Connie Achurra
«Un momento súper importante fue cuando aparecieron Las Tesis. Cuando escuché por primera vez ‘y la culpa no era…’ Yo estallé en una catarsis», relató Connie Achurra sobre el inicio de su proceso de asumir y empezar el proceso de sanar las consecuencias que le trajo el abuso sexual.
La cocinera, activista de la alimentación saludable, 45 años, con libros best seller de recetas, locutora, con más de 1,3 millón de seguidores en Instagram, entregó su testimonio sobre trastornos alimenticios y abuso en el late de TVN Buenas Noches a Todos, conducido por Eduardo a Todos, en un capítulo emitido a mediados de octubre de este año:
“Primero es difícil una darse cuenta de que el abuso fue abuso, porque los abusadores son expertos en manipular las situaciones, en hacer que la víctima sienta que ‘tal vez fue culpa mía’, que ‘tal vez yo provoque la situación’.
«Un momento súper importante fue cuando aparecieron Las Tesis. Cuando escuché por primera vez ‘y la culpa no era…’ Yo estallé en una catarsis. Eso es ahora. O sea, logré entender mi historia de abuso, entender cómo eso estaba vinculado con mi trastorno de la conducta alimentaria, a los 35. Veinte años después.
«Y yo soy una mujer que ha tenido miles de posibilidades, que fui a la universidad, que tengo papás que me aman y que me comprenden y que me apañan, tengo redes.
«Me pongo en el lugar de una mujer que vivió lo mismo pero que no tiene redes, que tal vez nadie le cree, que no tiene plata para ir a terapia, que está en un lugar donde está tan normalizado, que si lo dice es como ‘tú te lo buscaste seguramente’. Es brutal. Es atroz.
“A mí me pasó en los años ’90, y la sensación de que sigue pasando, y sigue en los 2020, y qué va a pasar los 2040, en los 2050. Estamos siempre poniendo parches, pero no hay cambios reales en la masculinidad y en la manera de relacionarnos, que de verdad pongan un punto final.
“Hay montones de cosas que tienen que ver con la vergüenza, con el pudor. Imagínate, yo a los treinta y tantos años les conté a mis papás, a mi hermano. Me costó tanto entender el puzzle en mi cabeza, que me demoré años en entender y dibujar la historia, porque yo sufrí abuso de manera reiterada durante muchos años
“Entonces me costó tanto entenderlo, hacer el puzzle, había cosas que yo no me acordaba si las había soñado, si pasaron o no pasaron. Y cuando lo entendí fue una epifanía en que todas las piezas me calzaron.
“Les conté a mis papás con mucha vergüenza, vieja ya. Y con mucho pudor. Fue muy sanador para todos, porque cuando les conté a mis papás y hermanos también se les terminó de armar el puzzle. Porque tiene que ver con hermanastros, con una familia ensamblada que yo tuve en mi adolescencia.
“Mi hermano Ignacio por suerte estaba en España, porque su mujer estaba haciendo la especialidad allá, porque yo no sé qué hubiera hecho. La Ale me decía ‘nunca había visto a tu hermano así. Gritaba, corría por el departamento y se pegaba como cabezazos en los muros’. Y yo creo que si hubiera estado en Santiago hubiera salido a agarrarlo (al abusador), porque es una reacción tan animal.
«Hicimos terapia en familia, porque fue muy potente. Veinte años con esto guardado, para fue una catarsis y sacarlo para afuera. Empezar de nuevo a reescribir mi historia, con esto asumido, sanado. Pero es brutal el daño que una persona le puede hacer a otra”.