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Fabricio en Juego Textual en una imagen enviada por Canal 13.

«Se restituyó la plata completa, el 100% a cada uno. Fueron 370 millones de indemnización que pagué… Quedé con una imagen muy negativa», afirma Fabricio sobre demanda colectiva por venta de terrenos

Autor: Equipo Glamorama / 6 diciembre, 2022

«Tenía unos abogados que me decían ‘entra de cabeza baja, no hables’. Entonces yo entraba y realmente era como un delincuente, en vez de entrar y decir ‘chiquillos, si hubo un error se va a pagar…'», recuerda Fabricio Vasconcellos sobre el proceso judicial que enfrentó luego de que, en 2018, fue formalizado por presunta estafa tras la venta de terrenos a más de doce personas.

El bailarín y emprendedor brasileño radicado en Chile, de 42 años, relató qué pasó con esa querella. Vasconcellos estuvo en Juego Textual, espacio de Canal 13 conducido por Sergio Lagos junto a un grupo de panelistas:

«Un conocido me llamó, sabiendo que yo siempre tenía negocios, el gimnasio que tengo hace casi 15 años y todas las cosas que tengo, y me llamó para ser inversionista de un proyecto inmobiliario. En esa época la cesión de derecho era normal en Chile, en el sur, en la playa, en cualquier lado.

“Averiguamos lo que era, yo tenía que invertir la plata, la persona hacía toda la urbanización y después en las ganancias yo recuperaba mi plata de vuelta, y miti-miti, cada uno para su casa. Entré como inversionista en esa propiedad, se vendió, se subdividió, se vendió, todo pasó.

“Esa persona desapareció. Yo dije ‘al negocio le fue bien’, fui y compré un terreno, la subdivisión de los terrenos la hice yo y lo vendí. Me quedó la cagá porque no se podía la subdivisión. Yo nunca me había metido en temas de terrenos o propiedades. Me demandaron y fue todo el show.

“En el primer terreno la gente ya había construido unas casas. Pero en resumen, ¿qué pasó? La gente que había construido quedaron con sus casas, hubo que pagar una indemnización del 50% de lo que habían pagado por el terreno. Es decir, si costó diez, se quedaron con su casa y yo tuve que pagar cinco de indemnización a cada uno.

“Los que no habían construido nada recibieron el 100% de lo que habían pagado. Si costó diez, se devolvieron los diez millones para cada uno. Y el otro terreno, que se supone que nadie había construido, que es el terreno que salió como inundable y todo eso en la lluvia del 2015, que se inundó hasta el Costanera Center, se llenó de agua.

«Hicieron un festín completo, muy mal manejado por mí también. Había unos terrenos que costaban quince millones, otros diecisiete, se restituyó la plata completa, el 100% a cada uno, se entregó el terreno y listo. En total fueron 370 millones de indemnización que pagué.

“Cada uno quedó con su plata, se devolvió el terreno, hoy día no hay ningún proceso en andamiento, se acabó todo el tema, gracias a Dios. Se deshizo el negocio y se pagó una indemnización a los que no quisieron deshacer el negocio.

«Perdí plata. Gané un infierno en mi vida. Fueron cuatro años duros, no solo para mí, para Mariela y todos mis seres queridos. Que la gente ponga en duda todo lo que yo he construido durante veinte años, que es mi casa, mis negocios, mi gimnasio, oficinas.

“Yo tengo eso hace 15 años, mi patrimonio, mis cosas, y esto fue hace cinco o seis años, que fue un error que cualquier persona se puede meter. Hoy día no se debe nada, pero eso me manchó, y hay un antes y un después de eso porque quedé con una imagen muy negativa.

“Entonces mi credibilidad para hacer otros negocios se me fue abajo. La gente que está en los negocios, empresarios, saben que eso puede pasar, o en un error cualquiera puede meterse. Pero me tocó muy duro porque me quedé con una fama mal manejada. En ese minuto tenía unos abogados que me decían ‘entra de cabeza baja, no hables’.

“Entonces yo entraba y realmente era como un delincuente, en vez de entrar y decir ‘chiquillos, si hubo un error se va a pagar, si me equivoqué devuelvo la plata’. Hubo un mal manejo de la prensa que realmente me dejó muy mal parado.

“Estaba en los diarios y todos los noticieros, ‘Fabricio acusado de estafa’, y cuando escuchas estafa o formalizado por estafa, ya eres culpable. La gente no sabe distinguir lo que es formalización y condena, entonces te juzgan un poco antes.

“La Mariela (su esposa, Mariela Román) terrible. Que la gente diga estafador o que robó… La Mariela tenía que ir a buscar a las niñas al colegio, yo también, entonces terrible para ellas. Las niñas de repente recibieron un par de comentarios en el colegio, ‘tu papá robó no sé qué’, y son palabras de otros papás que no tienen un poco de filtro.

“Fueron un par de años muy duros. Para nuestros cercanos no, porque la gente nos conoce y saben que soy tan derecho para mis cosas y mandarse un cagazo es parte de la vida que elegí, que es emprender y hacer cosas nuevas. Soy un weón bueno para hacer negocios, me gusta”.