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Alejandro Chávez en una imagen tomada de La Divina Comida, en Chilevisión.

«Yo pesaba como 115 kilos. Me dio un dolor en el pecho súper fuerte, me agarra el brazo… A las dos semanas me estaba operando. Me hice una manga gástrica», recuerda Alejandro «Chavito» Chávez

Autor: Equipo Glamorama / 19 diciembre, 2022

«Me dio un dolor fuerte acá en el pecho, súper fuerte, me agarra el brazo y me sentí un poco mareado. Dije ‘este es un infarto’», recuerda Alejandro Chávez sobre el momento en que decidió someterse a una cirugía que lo ayudara a bajar de peso.

El periodista que se hizo conocido como notero del matinal La Mañana del 13, en 1999, y luego se convirtió en voz radial, estuvo en un capítulo de La Divina Comida junto a Andrés Caniulef, Natalia Duco y Pamela Leiva.

En el espacio de Chilevisión contó la historia de la cirugía de manga gástrica a la que se sometió hace una década:

Alejandro Chávez: “La Nasa, cuando decide terminar el programa de los transbordadores espaciales, a nivel mundial hacen un concurso para que la gente vaya al último despegue”

Andrés Caniulef: “¿Tú participaste?”

Chávez: “Participé yo y la Ale me dice ‘¿y si me meto yo también?’. ‘No, ¿para qué?’. ¿Adivinen quién ganó el concurso para ir a la cuestión? Alejandra Siebert (su esposa). Cuatro invitaciones para el despegue del último transbordador espacial, y no éramos más de dos mil personas las que teníamos ese privilegio.

“Yo pesaba en ese momento como 115 kilos. Íbamos saliendo de Orlando hasta Cabo Cañaveral, donde está la Nasa, y me dio un dolor fuerte acá en el pecho, súper fuerte, me agarra el brazo y me sentí un poco mareado. Dije ‘este es un infarto’. Terminé en una clínica solo, la Ale con las maletas cargadas con los cabros chicos en un hotel.

“Al otro día me dicen ‘¿sabes lo que pasa? Es que estás guatón y tu grasa aprieta acá un músculo, que es la misma sintomatología de un infarto’. Y me dio tanto miedo después de saber cuánto costó esa noche en la clínica. Ese fue el miedo número uno.

“Y no fui al despegue. Me tuve que embutir las entradas y a las dos semanas me estaba operando, porque dije que no podía ser. Me hice una manga gástrica, me achiqué la guata y dije ‘nunca más’”.