«La Sole Onetto me dice ‘¡¿qué le pasó a tu tía?!’. La tía cayó en la cocina. Yo asustada, ‘la tía está muerta…'», relata Yazmín Vásquez sobre tragicómica situación que vivió acompañada por la periodista de Mega
“Imagínate a la Sole, súper fina y todo, recogiendo a mi tía», dice Yazmín Vásquez en medio del relato de una situación que vivió junto a su amiga, la periodista de Mega Soledad Onetto.
Un momento que pareció complicado y luego tuvo un giro cómico.
Esta fue la historia de Vásquez en Podemos Hablar, en Chilevisión:
“Tengo una tía que la amo, en Villarrica, pero mi tía es súper prendida… Invité un verano a la Sole Onetto a mi casa y ella me dijo ‘¿por qué no te invitas a la tía para que venga en la noche?’. ‘Ya poh’. Llega mi tía con dos botellas: una de whisky, porque a ella le gusta el whisky, y una champaña para nosotras.
“¿Quién tomó? La tía poh. Pero se veía paradita, se veía bien, se tomaba su cosita, pero tampoco tanto, y nosotras champañita, felices conversando. Y de repente cae muerta. Imagínate, estábamos en una mesa redonda, mi tía estaba acá, la Sole acá y yo acá, estábamos hablando y cae.
“La Sole me mira y me dice ‘¡¿qué le pasó a tu tía?!’. ‘No sé. Nunca le había pasado’. Pensé que me estaba palanqueando. Le digo ‘tía’ y no se movía. Me empecé a urgir. Entonces la Sole súper sería me dijo ‘esto no está bien, acá puede pasar cualquier cosa, yo veo que no está respirando’.
“Yo no le sentía respiración, palpitación,. Entonces me dice ‘levantémosla y llevémosla al living y la acostamos’. Se nos cayó la tía. La tía cayó en la cocina, anda a parar a la vieja, que era un bulto.
“Imagínate a la Sole, súper fina y todo, recogiendo a mi tía. Levantamos a la vieja de nuevo y quedó así en la mesa. Ya habían pasado quince minutos… Ahora me río, pero en ese minuto estaba urgida, yo decía ‘¿cómo llamo a mis primos y les digo que maté a la tía?’. No sabía qué decirles.
“Me dice ‘llama al mejor amigo’. No me contestó. ‘Llama a tu papá’. ‘No, ni cagando llamo a mi papá’. ‘¿Qué hacemos?’. Me dice ‘mojemos manteles’, por si la tía estaba en pálida, ‘y pongámoselos acá atrás’. Nada. Veinte minutos. Yo asustada dije ‘voy a tener que llamar a mi papá, voy a tener que llamar a la ambulancia, la tía está muerta’.
“Y de la nada, te juro por Dios que no estoy mintiendo, entre que estábamos dilucidando que esto iba a ser portada, ‘mataron a la tía’, riéndonos y casi llorando, la tía hace así (se levanta)… ‘Sírveme otro poquito por favor’. ¡Te lo juro! ¡Y revivió!”.