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Marilú Cuevas, a la izquierda con peluca; Jorge Pedreros, Eduardo Ravani y Gladys del Río en una de los sketches del Jappening con Já. Archivo Histórico Cedoc Copesa.

«Me levanté, partí para allá y estuve toda la mañana con él. Le di un besito y le dije ‘rétame ahora si puedes’…»: el adiós de Marilú Cuevas a Eduardo Ravani

Autor: Equipo Glamorama / 22 marzo, 2023

“Él era una persona tremendamente exigente. Era difícil de complacer. Peleaba, tenía un carácter fuerte, porque era muy exigente. Nosotros le decíamos Eduardo ‘Raviani’… Pero era de una excelencia…», afirma Marilú Cuevas sobre Eduardo Ravani, el director, talento multifacético de la televisión y uno de los fundadores del Jappening con Já.

La actriz de 71 años trabajó durante dos décadas con Ravani, quien falleció este lunes, en el clásico programa de humor nacido en TVN. Hasta el momento de su deceso tenía una relación cercana y de cariño.

La artista contó, en el late del canal público Buenas Noches a Todos -donde estuvo el mismo día del deceso de Ravani-, cómo fue su adiós:

“Es un día triste. Es difícil hablar de la partida de un amigo y de la partida de un personaje extraordinario. El guatón tenía mil fases. Bueno, estar en este canal para mí es una emoción tremenda, fue mi casa por muchos años, la casa de todos nosotros, del Jappening, de Eduardo.

“Él era una persona tremendamente exigente. Era difícil de complacer. Peleaba, tenía un carácter fuerte, porque era muy exigente. Nosotros le decíamos Eduardo ‘Raviani’. Ese era su apodo, porque era rabioso. Si no le salía algo como él creía que tenía que ser, gruñía o nos gritaba por los fonos.

“Pero era de una excelencia. Junto con Jorge Pedreros eran seres que tenían otro concepto del espectáculo, de la época, piensa que fue cuántos años atrás. Yo llegué en 1984 al Jappening y te encuentras con estos seres medio extraterrestres para mí, que eran fantásticos, te enseñaban, no te dejaban mediocre, tú desarrollabas tu capacidad.

“Siempre me mandaba WhatsApps con corazones. Me decía ‘¿cómo estás?, ¿estás cansadita hoy día? Dale saludos a tu marido’. Siempre me ponía cosas bonitas. Y hoy día en la mañana muy temprano, casi las siete de la mañana, me llama la Pía, que es la hija. La mejor hija que yo he visto en mi vida. Desde que supo que su padre estaba enfermo se dedicó a cuidarlo, a tenerlo impecable.

“No te puedes imaginar lo maravillosa mujer que es la Pía. Yo la amo, me saco el sombrero. Y me llama y me dice ‘chiquitita, mi papá está muy mal, está grave. Mi papá se va a morir hoy día’. Y yo me levanté, me metí a la ducha y partí para allá. Y allá estuve toda la mañana con él, le di un besito y le dije ‘rétame ahora si puedes’.

“Él era tan lindo, tenía un sentido del humor genial. Pero estuve acompañando a todos los hermanos, que estaban haciendo todos los trámites del deceso. Yo llegué cuando él ya había fallecido. Me fueron a entrevistar y me tardé un poquito, y de ahí me fui y él ya había fallecido.

“La batalla la estaba dando, pero hubo algo inesperado. La Pía me cuenta que estaba con tiritones, un poco perdido, estaba mal, entonces dijo ‘hay que llevarlo a alguna clínica’. Le pusieron una sonda porque tenía una infección urinaria, y cuando llegó un médico a verlo dijo ‘su orina está tremendamente infectada, eso significa que es septicemia’.

“Y murió de eso. Podría haber vivido con su cáncer, porque el cáncer ahora de alguna manera es más tratable, puedes darle la batalla. Pero una septicemia, que es una infección generalizada producida por un bicho raro… Además él en su condición estaba muy débil, entonces esto lo agarró y lo hizo pebre”.