Glamorama
Yamna Lobos en una imagen tomada de la pantalla de Buenas Noches a Todos, en TVN.

«Se me fueron los humos en un minuto (en Rojo). Yo me sentía la última chupá del mate, como ‘aquí vengo yo y yo soy capaz de todo…'», relata Yamna Lobos

Autor: Equipo Glamorama / 8 abril, 2023

«Empecé a vivir otra vida y me empecé a creer el cuento», dice Yamna Lobos sobre el momento en que se hizo conocida en el programa de talentos Rojo, a inicios de la década del 2000.

La bailarina y técnico en actividad física y deporte, de 40 años, esta viviendo en Temuco junto a su marido y su hija desde que, en 2022, le ofrecieron la gerencia de la Corporación de Deportes de esa ciudad.

En una visita a Santiago relató, en el late de TVN Buenas Noches a Todos, cómo en algún minuto se «le subieron los humos» con la fama:

“Al principio me lo tomé como súper entretenido, casi una gracia. Era chica, joven, no le tomé el peso. Hasta que me empezaron a pasar otras cosas, como trabajo. Empecé a ganar más dinero, empecé a tener más independencia, me fui a vivir sola unos meses después. Empecé a vivir otra vida y me empecé a creer el cuento”

Eduardo Fuentes: “¿Sientes que en algún minuto se te fueron los humos?”

Yamna Lobos: “Pero por supuesto. Se me fueron los humos en un minuto. Yo me sentía la última chupá del mate, ‘aquí vengo yo y yo soy capaz de todo, y yo estoy aquí y voy a hacer lo yo quiero’. Pensaba en eso, pensaba muy en grande”

Fuentes: “Pero una cosa es tener una ambición y sentir que tiene capacidades de ir al infinito y más allá, y la otra es sentir que eres más importante que los demás y a veces no tener un trato cordial”

Lobos: “Me pasó una experiencia, que después la tomé como de vida. Deben haber detalles de alguna vez que yo fui pesada con alguien, o que deben haber dicho ‘esta mina se cree’, seguramente. Y más de alguna vez. Pero la experiencia que a mí me llegó fue que me tocó trabajar en un estelar, donde yo tenía una sección de cámara escondida.

“Que me hayan elegido a mí, la única de Rojo haciendo eso en un estelar,  ya era como… Yo faltaba al programa porque estaba grabando, y me ponen a un diseñador para vestirme. Me tenía unos vestidos muy bonitos pero que no me gustaban, y yo digo ‘no. Esto a mí no me gusta, no es lo que yo quiero, me tengo que sentir cómoda’.

“El pobre hombre ahí no dijo nada y lo cambié por el diseñador que yo quería. Esa ha sido como la actitud más que he tenido así. A mí por supuesto que no me importó, dije ‘que lata’, pero pensé en mí nomás. Pasaron los años y a mí eso se me olvidó. En una oportunidad me tocó vestirme con un diseñador y me recomiendan uno.

“Voy a la dirección que me dan, no tenía idea, porque ni me acordaba cómo se llamaba, le toco el timbre y me abre él… Se me cayó la cara de vergüenza. Y él muy amoroso, ‘Yamna, bienvenida, todos estos vestidos tengo para ti’.

«A medida que uno va creciendo te van pasando cosas, madurando y viviendo experiencias. Cuando uno se equivoca, uno se da cuenta y piensas ‘no hice esto, no le dije tal cosa a tal persona’.

“Ahí tuve la oportunidad, habían pasado como cinco años, de pedirle disculpas. Me dijo ‘no te preocupes, son cosas que pasan. Yo lo pasé muy mal por tu culpa, pero me sirvió. Con eso crecí, porque fue mi primera experiencia’. Él venía saliendo quizás de la universidad, era su primera experiencia mala. Y le pedí disculpas, ‘yo en ese momento estaba en otra, me equivoqué’.

“Fue la lección que me dio él, porque me recibió, sabía perfectamente quién era yo y lo que había pasado. Tenía un estudio maravilloso, lleno de vestidos, Maximiliano, le mando un beso”.