«Yo no lo encuentro divertido… ¿Por qué se ríen? Deja de reírte, porque me está dando rabia»: reacciona María Luisa Godoy al triste relato de Eduardo Fuentes
«Farmacia, estaba lleno de gente, yo con mi receta esperando para comprar, con (su hija) Alma porque no la podía dejar sola. Y se me acerca una señora de unos 80 años, dulce, ¿has cachado esa gente tiene una cara muy dulce? Una señora muy amorosa», comenzó a relatar Eduardo Fuentes en Buenos Días a Todos.
Se trató de una historia llena de sentimientos y tristeza que María Luisa Godoy escuchaba atentamente, conmovida:
Eduardo Fuentes: «Me empieza a hablar y me empieza a contar la historia de su hijo. Su hijo se fue a vivir a Australia hace cuatro o cinco años, y no ha sabido nada de su hijo en estos años. Pero sabe que está bien porque tiene otros familiares allá. Entonces el hijo por algo no la llama, aquí hay otra historia, pero ella diciendo ‘yo sé que me va a llamar un día…’
“La señora me empieza a hablar de eso y se me emociona, y me abraza. Alma al lado mirando esto, no entendía nada. Y se pone a llorar, entonces la abrazo y le digo ‘tranquila’. Me dice ‘lo que pasa es que además se parece mucho a ti y siempre que te veo me acuerdo de mi hijo, y te encuentro aquí ahora… Perdóneme’.
“Yo soy muy sensible para eso y me puse a llorar también. Y Alma me agarra la pierna, una cosa muy loca. Y me dice ‘yo sé que mi hijo me va a llamar, yo sé que está bien, está haciendo su vida’.
“La cosa es que estábamos ahí, esperando para que nos atendieran, viste que te dan un número, el señor que atiende también mirando esto, te juro que yo creo que en ese minuto estaban todos ahí emocionados’.
“Y la señora me dice ‘hijo, muchas gracias’. Yo te juro que para esas cosas no tengo mucha tolerancia, me emociono fácilmente, además echo de menos a mi vieja.
«Esta señora avanza, porque le tocó su número, y yo me quedo ahí. Alma me pregunta que qué había pasado, le explico.
“La señora se da vuelta y me dice ‘chao hijo, muchas gracias’. Y yo le digo ‘chao mamá’. La señora se devuelve y me da otra vez un abrazo. Me acerco al vendedor, que lloraba, y me dice ‘te felicito, que linda relación la que tienes con tu mamá’. Yo le digo ‘gracias’.
“Me dice ‘¿qué quiere?’. ‘Un jarabe’. Le paso la receta. Ojo, un jarabe de 80 lucas. Le digo ‘¿80 lucas un jarabe?’. ‘Sí. Eso, más la receta de su mamá, que dijo que usted lo iba a pagar’… Mira la vieja, me cagó. ¡Me cagó la vieja!”
María Luisa Godoy, mientras Fuentes ríe cada vez con más ganas : “Pero Eduardo, ¿esto es real? ¿El remate es real?”
Eduardo Fuentes: “¡Me cagaron! La señora se fue sin pagar”
Godoy: “Espérate. No, ya, ¿pero esto es real?”
Fuentes se retira del estudio tiendo con ganas: “No se puede confíar en nadie…”
Godoy: “Sabes que no… No me pareció divertido. Estás jugando con nuestros emociones”
Fuentes: “Oye, ella jugó con mis emociones”
Godoy: “¿Pero esta historia es real?”
Fuentes: “¡Ochenta lucas, Mari!”
Godoy: “Pero… ¿Pero esto que te pasó ayer es real? Porque cuando te escuchaba decía ‘que lindo, qué afortunados somos…’ ¡¿Sabes qué?! Quiero decir un garabato a esta hora y no lo voy a decir solo por la hora. Idiota”
Fuentes: “Uy, no seas tan ruda”
Godoy: “Idiota. ¿Te pasó o no te pasó? ¿O encontraste que era un chiste divertido?”
Fuentes: “Ochenta lucas, Mari. El jarabe más caro de la vida”
Godoy: “Yo no lo encuentro divertido… ¿Por qué se ríen? Y deja de reírte, porque me está dando rabia”.