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Katherine Orellana en una imagen tomada de la pantalla de Buenas Noches a Todos, en TVN.

«Di un jugo bastante grotesco, grosero, de muy bajo nivel. Porque estaba en el efecto del alcohol, con mucha rabia», manifiesta Katherine Orellana en rehabilitación

Autor: Equipo Glamorama / 19 mayo, 2023

“Me costó muchísimo entrar. La gente sabe que en mi Instagram di mucho jugo en las historias», partió relatando Katherine Orellana sobre el período de adicciones que la llevó a entrar por tercera vez a un centro de rehabilitación.

La cantante de Ay, Ay, Ay que se hizo conocida en Rojo, Fama Contra Fama, se refiere al período de alto consumo que vivió en 2021. Entonces solía subir contenido a su Instagram en mal estado y no cumplió con su participación el programa de Chilevisión El Discípulo del Chef.

Ahora, en plena rehabilitación, contó en el late Buenas Noches a Todos, en TVN:

«Estuve en El Discípulo del Chef en Chilevisión, también pido disculpas públicas a toda la gente de Chilevisión, porque di un jugo bastante grotesco, grosero, de muy bajo nivel.

“Porque estaba en el efecto del alcohol, con mucha rabia, con mucha ira y no estaba en lo correcto. Porque estaba enferma hasta las patas y siempre buscaba una excusa, ‘es que ustedes tienen la culpa y yo no tengo la culpa’. Cuando la culpa es netamente de uno y las decisiones las toma uno.

“Nunca es tarde para pedir disculpas tampoco, siempre es bueno aceptar y reconocer los errores, porque el pecado no es caerse sino no levantarse.

“Yo llegué a Creeré. Me habla Leonardo Álvarez por Instagram, el director de operaciones de los centros de Creeré, y me dice ‘Kathy, hay un lugar para ti’. Y yo ‘no creo en la rehabilitación, son puros chan… No, no, no’. Dos semanas me siguió insistiendo. Y yo te juro que ya estaba en un minuto cansada de consumir alcohol.

“Estaba cansado mi cuerpo, estaba cansada mentalmente, tenía cansada a mi mamá, a mi papá, mi hijo no me quería ver. No puedo ver a mi hijo hasta el día de hoy por temas tribunales. Estaba cansadísima y tengo ese momento de lucidez que tienen los adictos. Que entran en una introspección súper profunda de no querer verse más ahí.

«En ese minuto tú tienes que tomar la decisión sin pensarlo dos veces. Tomar el teléfono de la persona que te quiere ayudar. Llamo y le digo ‘Leo, me voy mañana’. Y yo estaba ebria. ‘Te voy a buscar altiro’”.