Glamorama
Monserrat Álvarez en una imagen tomada de la pantalla de De Tú a Tú, Canal 13.

«Empecé a ir al psicólogo a los diez años… Tenía anteojos, parche y era gordita… Me sentía muy disminuida…», recuerda Monserrat Álvarez

Autor: Fran Varela / 16 mayo, 2023

«Yo creo que tengo un problema en mi autopercepción, en el fondo como veo tan mal, me siento muy insegura, a pesar de que no me veo tan insegura», comenta Monserrat Álvarez.

La animadora de Contigo en la Mañana fue la última invitada al programa de Martín Cárcamo, De Tú a Tú, y recordó su infancia:

“Mi niñez fue… Nadie me cree, pero no lo pasé bien en mi niñez. Yo empecé a ir al psicólogo a los diez años, porque me angustiaba mucho. Ay que me da pena. Me angustiaba la muerte heavy. En mi casa escuchaban a Violeta Parra y yo me ponía a llorar. Me imaginaba la muerte desde muy chica.

“Yo era súper alegre, tenía personalidad, pero tenía un lado mío que era angustioso, un poco existencial también. Era con todo eso, pero una niña que supuestamente nadie se imaginaba, porque era como soy ahora, que hablo y no sé qué, pero tenía esos momentos.

“Y además tenía anteojos, parche y era gordita. Porque yo nací con un estrabismo de esos como de… Generalmente uno es turnio de un ojo, yo era de los dos. Ves doble. Yo todavía miro la luna y veo dos lunas. Nunca he logrado ver una luna, pero encuentro que es un privilegio.

“Pero eso me generó muchos problemas, por ejemplo, mi papá calculaba cuántos litros de leche yo perdí, porque me servía la leche y como no tiene profundidad, me servía la leche atrás o adelante, pero no en el vaso. Me andaba pegando. Jugar a equilibrarse en la cuneta nunca, porque el equilibrio te falla.

“Yo tuve parche hasta como los 12 años. Me he ido súper en la psicoanalítica, pero yo creo que tengo un problema en mi autopercepción, en el fondo como veo tan mal, me siento muy insegura, a pesar de que no me veo tan insegura.

“Porque era como gordita, con parche, con anteojos. Entonces yo me sentía muy disminuida. Igual a mi me dieron un par de pastillitas que ahora no te las darían nunca. En esa época eran bastante livianos para el tranquilizante, cosas que ahora no se las darías a un niño»