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Daniela Castro en una imagen tomada de la pantalla de Buenas Noches a Todos, en TVN.

«En dos años envejeció como diez, porque trabajar, hacerse cargo de su vida y de otra persona, que es 100% dependiente…»: Daniela Castro cuenta situación familiar con su madre

Autor: Equipo Glamorama / 9 mayo, 2023

“Murió mi abuelita de covid y mi vida cambió mucho familiarmente los últimos dos años. Mi mamá estuvo muy ausente cuando era más chica, porque era trabajadora como yo, lo aprendí de ella claramente», partió contando Daniela Castro sobre la situación familiar que vive con su madre.

La cocinera de 35 años que se hizo conocida al ganar el primer concurso MasterChef Chile estuvo en Buenas Noches a Todos, en TVN, donde siguió relatando:

“Nosotras nos habíamos hecho muy partners, tenía una relación con ella muy rica. Y murió mi abuela y mi tía, la hermana de mi mamá, tiene Síndrome de Down. Mi mamá es hija única por el lado de su papá, entonces a los 64 años se tuvo que hacer cargo de la Marcelita.

“Mis tatas criaron a Marcelita como si no pudiera hacer nada, súper dependiente. Mi mamá le tuvo que enseñar a bañarse, a estar sola un rato, como ‘espérame un rato, voy y vuelvo’.

“Ahora tiene a alguien al lado todo el día que no se separa, entonces yo no la he podido ver tanto y no he podido compartir con ella, porque está súper ocupada, corriendo. Le he ofrecido de todo para que tenga tiempo.

“Yo quería contratarle a alguien para que la ayudara, pero el departamento es muy chico, no es fácil tener a alguien alojando todo el día en un departamento pequeño.

“Nos hemos distanciado. Como que perdí un poco a mi mamá. Sé que no es su culpa, tampoco es culpa de la Marcelita. En algún momento sí sentí envidia, porque mi mamá con ella ha sido como no fue conmigo. O sea, mi mamá nunca me cocinó y ahora sí le cocina a la Marcelita.

«Lo único que quiero es que ella esté bien. En dos años envejeció como diez, porque además de trabajar, hacerse cargo de su vida, de otra persona, que es 100% dependiente de ella. Llevarla al doctor. Aunque tenga 42 años, cuesta criarla de nuevo.

«La Marcelita cree que mi mamá es como su mamá, entonces siento que me la quita. No la puedo ver mucho, y cuando la veo está la Marcelita siempre al medio y ya no es lo mismo.

«Me da lata por ella, porque ella también tiene derecho a vivir su vejez y disfrutarla. Lleva trabajando toda su vida, se merece disfrutarla».