«Entendí el mismo día que no podía flaquear, y pasé a ser un sostén contenedor de todos, de mis hijos, de mi mujer, incluso de mi familia…», recuerda Benjamín Vicuña sobre el fallecimiento de su hija
«En principio, con mucho dolor y todo, tuve que ser el hombre, el padre, el proveedor, salir a trabajar, abrir las cortinas, ‘el día está lindo, vamos, hagamos deporte, no aflojemos’”, recuerda Benjamín Vicuña sobre el drama familiar tras la muerte de su hija Blanca, de seis años, en 2012.
Entonces el actor formaba una familia con la modelo argentina Carolina «Pampita» Ardohaín, su hija y su hermano Bautista.
Por estos días Vicuña presenta su libro Blanca, La Niña que Quería Volar. Diez Actos para Conjurar el Olvido, un relato sobre la tragedia y su proceso personal.
En una entrevista en el late Buenas Noches a Todos, en TVN, el conductor Eduardo Fuentes le planteó: “En un momento como ese tú quedas golpeado, tu pareja Carolina también, y es muy difícil, porque cómo apoyas si estás igual de devastado que tu pareja”
Benjamín Vicuña: “En eso hay una repartija de roles. A todos nos pasa. Te pongo un ejemplo chiquitito: tu hijo se lastima con un martillo el dedo y va a venir alguien que dice ‘¡está sangrando!’. Y le va a poner el parche curita, está el otro que va a decir ‘ay, no puedo ver la sangre’.
“Automáticamente hay roles: apareció la enfermera, apareció el tipo que le da asco y se desmaya con la sangre. En este caso multiplicado por mil, o por millones, también hubo diferentes roles, que tienen que ver con la intuición y con que hay ciertas cosas que tienen que ver con patrones culturales, un cierto machismo. Pero fue lo que nos nació.
«Yo entendí el mismo día que no podía flaquear y pasé a ser un sostén contenedor de todos, de mis hijos, de mi mujer, incluso de mi familia. Yo tenía que mirar el horror en los otros constantemente. Pero había una determinación de que no podía caer.
“Por eso mi proceso fue involutivo. Por eso me pasa que quizás el año pasado, diez años después, yo estaba sufriendo diez mil veces más que hace… Porque la ola me trajo. Me llegó tarde. Pero al menos lo estoy haciendo.
“Pero en un principio, con mucho dolor y todo, tuve que ser el hombre, el padre, el proveedor, salir a trabajar, abrir las cortinas, ‘el día está lindo, vamos, hagamos deporte, no aflojemos’”.