“Mi proceso fue como involutivo. Por eso me pasa que el año pasado, diez años después, yo estaba sufriendo diez mil veces más…”, Benjamín Vicuña y la muerte de Blanca
«Yo entendí el mismo día que no podía flaquear, y pasé a ser un sostén contenedor de todos, de mis hijos, de mi mujer, incluso de mi familia», comentó Benjamín Vicuña a más de diez años de la muerte de su hija, quien nació producto de su matrimonio con Carolina «Pampita» Ardohain.
El actor de 44 años fue invitado a Buenas Noches a Todos para presentar su nuevo libro «Blanca, La niña que quería volar», en el cual relata su proceso tras la pérdida. Esta fue parte de la conversación:
Eduardo Fuentes: “En un momento como ese tú quedas golpeado, tu pareja Carolina también, y es muy difícil, porque cómo apoyas si estás igual de devastado que tu pareja”
Benjamín Vicuña: “Sí, yo creo que en eso hay como una repartija de roles. A todos nos pasa. Te pongo un ejemplo chiquitito, tu hijo se lastima con un martillo el dedo, y va a venir alguien que dice ‘¡está sangrando!’ y le va a poner el parche curita, está el otro que va a decir ‘ay, no puedo ver la sangre’.
“Automáticamente hay roles, apareció la enfermera, apareció el tipo que le da asco y se desmaya con la sangre. Bueno, en este caso multiplicado por mil o por millones, también hubo diferentes roles, que tienen que ver con la intuición y con que quizás hay ciertas cosas que tienen que ver con patrones culturales, un cierto machismo, o no.
“Pero fue lo que nos nació. Y sí, yo entendí el mismo día que no podía flaquear, y pasé a ser un sostén contenedor de todos, de mis hijos, de mi mujer, incluso de mi familia. Yo tenía que mirar el horror en los otros constantemente. Pero había una determinación de que no podía caer.
“Por eso yo creo que también mi proceso fue como involutivo. Por eso me pasa que quizás el año pasado, diez años después, yo estaba sufriendo diez mil veces más que hace… ¿Se entiende? Porque la ola me trajo. Me llegó tarde. Pero al menos lo estoy haciendo.
“Pero sí en un principio, con mucho dolor y todo, tuve que ser el hombre, el padre, el proveedor, salir a trabajar, abrir las cortinas, ‘el día está lindo, vamos, hagamos deporte, no aflojemos’”