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Carlo von Mühlenbrock sobre la alfombra roja de la pasada gala del Festival de Viña, en una foto de Agencia Uno.

El destape del chef Carlo von Mühlenbrock: «Había cosas que no me permitía. O sea, ir a la gala del Festival de Viña sin camisa y con un collar mapuche maravilloso…»

Autor: Equipo Glamorama / 26 julio, 2023

«Tal vez no tendría tantos temores», reflexiona Carlo von Mühlenbrock sobre su vida.

El chef chileno de 51 años, autor de libros, panelista de diferentes programas y conductor de propios y dueño de restaurantes, estuvo en el late de TVN Buenas Noches. Allí habló de ir liberándose de ataduras.

El padre de cinco hijos expresó:

«La vida siempre te va presentando cosas para adelante y tal vez me faltó mandar a la punta del cerro algunas situaciones en mi vida.

“De repente uno aguanta más cosas, porque yo era papá, tenía que responder, era chico y siempre tuve mucha responsabilidad de adulto. Entonces no fui muy irreverente, para nada. Fui siempre ordenadito”

Eduardo Fuentes: “¿Hoy eres más irreverente?”

Carlo von Mühlenbrock: “Totalmente. O sea, yo me puse aros a los 49 años. Y me da risa. ¿Tú puedes pensar que un gallo como yo no tendría aros? Estaba lleno de collares, el pelo largo, y como que pensaba que el aro era como…

“De hecho, fue súper bonito porque fuimos con mi hijo. Nos hicimos un día juntos los aros. También para calmar la cuestión, porque tú sabes que parten con un aro, otro aro, un tatuaje, otro, cincuenta tatuajes. Entonces le digo ‘cuando seas adulto y mayor de edad’.

“Unas personas decían que yo era como un inglés en el cuerpo de un hippie, esa era mi definición. Había cosas que no me permitía. O sea, no sé poh, ir a la gala del Festival de Viña sin camisa y con un collar mapuche maravilloso. Fue ‘ese soy yo’.

“Tiene que ver con los procesos, la seguridad en uno mismo, que llega a la edad que tenga que llegar nomás. Me ha pasado muchas veces. Me acuerdo que iba a un gimnasio muy pituco, y un día estaba en la ducha, se me acerca un gallo y me dice ‘que lindas las pulseras’, en una época donde yo usaba un montón.

“Y me dice ‘pucha, yo tengo un montón y no me atrevo a ponérmelas’. Y yo le digo ‘son recuerdos de mis viajes. Son mis amuletos’. Y me llegó a dar como pena él. Y ahí dije ‘chuta, a lo mejor mucha gente quiere expresarse como quiera’. Hoy día yo creo que los jóvenes son más libres, eso ha cambiado”.