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Mónica Pérez se emociona al relatar la pérdida de su hijo durante el embarazo, en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

«No lo pude ver… No lo pude enterrar y es súper importante darle a los papás la posibilidad de hacerlo. Aunque sea una guagüita de cinco meses de gestación»: la pérdida de Mónica Pérez

Autor: Equipo Glamorama / 2 julio, 2023

«Mi hijo venía con un tremendo síndrome, que no iba a nacer. Ni siquiera iba a llegar a los nueve meses de gestación. En ese minuto tenía tres meses», relata Mónica Pérez sobre el hijo que perdió.

La periodista de 56 años, madre de una hija y rostro de las noticias en Canal 13, entregó su testimonio en Podemos Hablar, en Chilevisión:

«Las mamás que me están escuchando seguramente saben que a los tres meses te hacen la ecografía de los tres meses, que es importante para ya saber si tu hijo viene con algún problema más grave. Me dijeron que estaba perfecto.

«Nos fuimos de vacaciones con mi marido en esa época (el también periodista Francisco Sagredo) y con mi hija chiquitita. Cuando volvimos a la ecografía de control mi doctor con una cara, me dice ‘esto está muy mal’.

«Yo ‘doctor, ¿¡qué pasa?!’. Yo tenía que ir a leer noticias. Me dice ‘no vayas a trabajar, te tienes que quedar acá’. Yo no sabía nada. Pancho, mi marido en esa época, los dos estábamos en shock. Obviamente no fuimos a trabajar.

«Me hacen de inmediato un examen, que te sacan líquido amniótico, y mi hijo venía con un tremendo síndrome, que no iba a nacer. Ni siquiera iba a llegar a los nueve meses de gestación. En ese minuto tenía tres meses.

«El problema es que el doctor me dice que no se sabía cuando iba a morir dentro de mí. En Chile no existía aborto terapéutico y yo salía en la tele. Me dijo ‘a ti nunca nadie te va a hacer un aborto terapéutico en Chile porque se arriesgan a mucho, porque pueden pasar muchas cosas y trabajas en la televisión. Así es que te tienes que aguantar y quedarte con tu guagua hasta que muera dentro de ti. Cuando sea. Puede ser a los ocho meses, pero no va a nacer. Nunca. Ni siquiera va a llegar a los nueve meses. No hay ninguna posibilidad’.

«Imagínate.

«Me dijo ‘si tú quieres, hay posibilidades en otros países. En Estados Unidos y te doy el certificado. Con eso cualquier médico te va a hacer un aborto terapéutico. Pero en Chile esa oportunidad no la tienen las mujeres’.

«Yo en shock. Porque además tienes la guata así. No le puedes contar a nadie y toda la gente en el trabajo te dice ‘¡qué linda la guagüita!’. Y tú así, poniendo caras. No podía decir que mi guagua no iba a nacer. ‘¿Y cómo se va a llamar?’, ‘¿es niñita o niñito?’. Un drama.

«Aguantamos dos meses y ya no dábamos más. Porque yo además en pantalla y ‘la Laurita, ¿qué dice la Laurita?’ (se refiere a su hija). Entonces ya no dimos más y le digo Pancho ‘vámonos a Estados Unidos a hacer el aborto’. Yo soy católica, así es que no se me era muy fácil hacerlo, pero era una situación que no tenía ningún sentido este sufrimiento.

«El doctor dice ‘igual pasa por la clínica antes, porque me ha pasado muchas veces que la guagüita fallece antes’. Pasamos justo antes de ir al aeropuerto y mi guagüita había fallecido.

«Es terrible ir todas las semanas a la ecografía y no preguntar si la guagüita está bien, sino ‘¿se murió?’. Esa era la pregunta que había que hacer todas las semanas.

«Finalmente tuve que darla a luz, porque ya tenía cinco meses. Con mi hija Laura nunca tuve dolores de parto porque la tuve con cesárea. Pero con mi hijo sí. No lo pude ver»

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Mónica Pérez se emociona: «Sí… Ha pasado tanto tiempo, que uno piensa que se pasa, pero no se pasa. Mi doctor hizo lo mejor, no tengo ninguna queja contra mi doctor. El síndrome que traía mi guagüita era bastante terrible, entonces no quiso que viera a mi hijo en ese estado. Me hizo dormir después que lo tuve.

«Pero no lo pude enterrar y es súper importante darle a los papás la posibilidad de hacerlo. Aunque sea una guagüita de cinco meses de gestación. Es tu hijo. Ese cierre me faltó.

«Cuando una guagüita nace así, en los hospitales hay un lugar donde se bota material biológico. No es basura, pero es como eso. Y ese pensamiento… Por eso son importantes las campañas que hay para el respeto de esas guagüitas que no nacen y que son chiquititas y que, pucha, tú dices ‘qué más da’. Pero es importante para los papás.

«Es un hijo más que una guagüita. Que te lo den, que te dan la posibilidad, que haya un respeto, que no es solamente un aborto… Depende de cada persona. A mí me faltó eso.

«Ojalá que haya un tratamiento en los hospitales para las mujeres que tienen ese problema. Y también eso me motivó a mí a contar este caso. Porque en ese minuto no existía el aborto en tres causales».