Glamorama
Rodrigo Goldberg en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

«Ya cuando se sube al auto con una cara larga», «ella me invitó, yo era el arroz graneado», «empieza el matrimonio y me dejó solo…»: la «mala cita» de Rodrigo Goldberg

Autor: Equipo Glamorama / 3 julio, 2023

«Todos en la vida hemos sido la mala cita de alguien. Ella fue la mala cita mía», partió diciendo Rodrigo Goldberg sobre una invitación a un matrimonio que le hicieron y no resultó bien.

Este fue el relato del ex futbolista y actual comentarista deportivo en el último capítulo de Podemos Hablar, en Chilevisión:

«A ella la conocía desde hace muchos años. Salimos un tiempo y un día, estaba separado hace mucho tiempo, estaba con los niños de vacaciones, de guata al sol en la playa con los tres niños. Estaban jugando y de repente teléfono. ‘¿Cómo estás? Es que me he acordado mucho de ti’ y la cuestión. Esto era un jueves. Me dijo ‘el sábado tengo un matrimonio. Pucha, y me gustaría, porque contigo lo he pasado bien’ y la cuestión.

«Yo, caliente y weón, ‘ya, ¿pero cuándo es?’. Y yo me devolvía el domingo de vacaciones… Me devolví el sábado. ‘Niños, nos vamos… Una emergencia’. Llego a Santiago, ducha, de todo. Bronceadito. En ese tiempo era flaco yo… Y traje. La paso a buscar ahí en Providencia, al matrimonio.

«Y ya cuando se sube al auto con una cara larga. Ella me invitó, si yo era el arroz graneado, no tenía nada qué hacer. De hecho, llego al matrimonio y no conocía a nadie. Ella me había invitado, ‘que lo vamos a pasar la… Vamos a hacer esto y…’. Yo, en mi mente, ya estaba pero…

«En el auto estaba media distante. Ya en el matrimonio mismo, yo sentado y ella se va a sentar con una amiga. Cuando me había llamado para invitarme le dije ‘si me estás invitando un jueves para ir a un matrimonio quiere decir que se te cayó (el acompañante). Prefiero que me digas la verdad’. Me contestó ‘sí. Es que mi ex pololo, terminamos, se va para Ecuador… Entonces chao, que se vaya a la cresta y vamos los dos’. ‘Ya, ningún problema’, le dije, pero prefería que me dijera la verdad.

«Empieza el matrimonio y me dejó solo. Yo mirando para todos lados, qué onda. Y de repente, en un acto de valentía, le dije ‘si estás incómoda vámonos’. Y me dice ‘sí. Vámonos’.

«Yo había cachado, porque tengo la cara nomás, había escuchado algo, estaban conversando con la amiga, y estaba hablando del ex, y nombraba mucho ‘Ecuador… Ecuador… Parece que viene’. Ya. Ok.

«Cuando le dije ‘vámonos’, me dice ‘sí, vámonos, porque mi hija’ y la cuestión. Desde Chicureo hasta Providencia cero palabra. Cero. Se bajó, ‘muchas gracias, que te vaya bien’. Yo dije ‘esta me la conozco’. Me doy la vuelta por ahí por El Vergel, y cuando vuelvo, ella venía bajando con ropa sport. Le salió la cita que ella quería…

«Fue tan obvio que al mes después ella sube una foto del matrimonio y a mí me cortó… Te juro. Se cortó el brazo ella misma y yo no salía. Y yo decía ‘¡yo estuve ahí! Ese brazo que sale por atrás es mío’. Ahí quedó la historia».