Glamorama
Daniela Urrizola y su marido, César Norambuena, en una foto de archivo tomada de la web.

«No me ha acompañado a nada…»: las vicisitudes matrimoniales de Dani Urrizola durante lanzamiento de la nueva temporada de Viajando Ando

Autor: Equipo Glamorama / 6 septiembre, 2023

«No me ha acompañado a ni uno», cuenta Dani Urrizola sobre su marido, César Norambuena, con quien trabaja en el programa Viajando Ando.

Urrizola se refiere a las actividades de promoción de la actual tercera temporada de su espacio en Mega, el cual, indica, hasta la semana pasada realizó sola.

La animadora que antes estuvo en Sabingo se casó hace seis años con el periodista y productor televisivo y ya han superado dos crisis.

Hace un tiempo estuvieron en Aruba, donde participaron en una actividad local que se realiza para renovar los votos matrimoniales. Dani Urrizola cuenta:

“Efectivamente renovamos votos en Aruba con César. Porque en Aruba se hace una vez al año una renovación de votos masiva, que es una fiesta súper famosa. Nosotros no sabíamos que nos iba a tocar en esa fecha. Llegamos allá y nos enteramos de esto, una cosa llevó a la otra y terminamos renovando votos.

“Pero no estuvo exento de polémica, porque no estábamos seguros. Por otro lado, igual había que grabar esa instancia, porque había que mostrar el evento en sí, porque es algo muy típico de la isla.

“Ahora César está tan ocupado, hace tantos programas, porque está en TVN en deportes, y no me ha acompañado a ni uno. De hecho, Rodrigo Sepúlveda (en su programa) me preguntó: ‘Bueno, ¿hay amor o no hay amor?’, y yo picada dije ‘no sé’.

“Yo creo que algo que marca también esta tercera temporada de Viajando Ando son las anécdotas. Yo no sé por qué tengo un imán de cosas. Siempre termina la temporada y yo hago un balance entre lo que me gasté y lo que gané… Es que siempre me echó cosas.

“Me tocó en Brasil que estaba en una tienda de cristales y yo le decía a César… Porque César nunca en su vida me ha hecho un regalo ni me ha saludado para nuestro aniversario de matrimonio. Jamás. Y había una mariposa de cristal, le dije ‘se vería tan linda en nuestro living’.

“Le digo ‘por favor regálamela’. Estábamos entre que sí y que no. César me decía ‘¿para qué quieres eso? ¿De qué sirve?’. Y en eso yo digo ‘ya, filo’, y hago así con la mano y salió volando la mariposa. Se destruyó completa. Digo ‘yo la pago, ¿qué tanto puede costar una mariposa de este porte?’… Seiscientas lucas costaba la mariposa. Siempre me pasa lo mismo”.