Glamorama
Alvaro Morales en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

«Si mis papás despertaban iban a decir ‘¡¿qué hace ella aquí?!'», «abro la puerta y se mete un gato», «y el gato agarrado al mantel…»: los problemas de una noche de amor de Alvaro Morales

Autor: Equipo Glamorama / 9 septiembre, 2023

«Entre la micro, el frío y la cuestión, llegamos allá como a las tres de la mañana», cuenta Alvaro Escobar como parte de una noche amor en la cual debió enfrentar diversos problemas para concretarla, cuando tenía poco más de 20 años.

La figura de teleseries clásicas como Sucupira, La Fiera o Romané, estuvo en Podemos Hablar, donde relató la historia:

«Eramos jóvenes y alocados. Ella tenía como 18 y yo 22. Estábamos en la Escuela de Teatro y había un motel, el conocido, Benidorm. En Bellavista, porque la escuela estaba en Bellavista. De repente, después del almuerzo, veía a los compañeros salir juntos… Todo esto a pata.

«Yo y ella habíamos contado un cuento en nuestras casas que nos íbamos a quedar en la casa de sus papas. Llegamos al motel. Todo bien. ‘Queremos pisco sour y maní’. Con eso me estaba gastando la mesada. Y de repente tocan la puerta…

«O sea, si hay algo que debe tener un motel es privacidad. Abro la puerta y había una viejita chiquitita, con lentes, y me dice ‘¿qué edad tiene ella?’. ‘¿Por qué?’. ‘Tiene que mostrarme el carnet’. ‘¡¿Pero por qué?!’. ‘Es que tiene que mostrarme el carnet’. Y la vieja se empezó a poner más heavy. Me dice ‘es que yo necesito el carnet, o sino no puedo dejarlos estar acá’

«Mi pareja dice ‘no tengo carnet. Se me quedó’. ‘Es que entonces no puede’. Y nos tuvimos que ir. Yo estaba semi desnudo. Pero estábamos entretenidos nomás, yo no soy muy de motel tampoco.

«Nos tuvimos que ir. Esto era en julio. Y ella con poquita ropa. Tomando la micro y ‘¿para dónde vamos?’. Dije ‘aquí me la juego’. Le digo ‘vamos a mi casa’. Estaban mi papá y mi mamá. ‘No te preocupes, vamos a entrar despacito, nos vamos a meter a la pieza, y en la mañana, antes de las seis de la mañana, nos vamos’.

«Era departamento. Tuvimos que hacerlo piola porque todo se escucha y no era un departamento tan grande.

«Entre la micro, el frío y la cuestión, llegamos allá como a las tres de la mañana. Ibamos llegando al departamento. Mi mamá tiene un ante jardín bien frondoso, lleno de plantas. Abro la puerta y se mete un gato…

«Si mis papás se llegaban a despertar iban a decir ‘qué hace ella aquí’. Yo me metí y tratando de agarrar el gato debajo de la mesa. Y de repente agarro el gato por las patas y el gato agarrado al mantel y la mesa. Logré agarrar y sacar al gato. Y nos metimos a la pieza. Estábamos bien cansados, pero salió igual…»