«Empecé a mirar entre mis compañeros y le dije ‘deberíamos decirle a los niños que ya terminamos todo, porque yo estoy mirando a otras personas'», cuenta Paula Pavic sobre su divorcio de «Chino» Ríos
«Antes, toda la vida casada con él, andaba con una venda en los ojos. Te lo juro. Iba a un montón de eventos de desarrollo personal, compartía con un montón de gente y hombres. Lo único que hacía era hablar de él», relata Paula Pavic sobre cómo era cuando estaba casada con «Chino» Ríos.
Todo cambió el año pasado, cuando decidió pedir el divorcio. Luego intentaron reconciliarse. No funcionó y se separaron definitivamente.
La relacionadora pública afirma que vive difíciles momentos con el ex tenista de 48 años. Describió en Podemos Hablar, en Chilevisión, el proceso que ha afrontado:
«En el matrimonio me hacía cargo de todas las cuentas, de todo lo que se pagaba en la casa. Teníamos una cuenta bipersonal, yo manejaba todos los gastos. Y cuando pasó esto, a principio de 2023, la primera vez (que se separaron), yo le dije que separáramos todo. El sus cuentas, yo las mías.
«Pero como yo seguía pagando las cosas de la casa, que él me pagara las cosas a fin de mes, para yo poder cumplir con los gastos. Pagaba yo todo con tarjeta de crédito.
«Lo empezamos a hacer así y no había problema. Me hizo hacerle un detalle de todos los gastos y se lo hice.
«Teníamos claro cuánto gastábamos al mes. Cuando volvimos me dijo ‘volvamos a lo que estábamos antes’. y le dije que no porque yo funcionaba mucho más ordenada con esta forma nueva en la que me pasaba a fin de mes el monto.
«En septiembre hablamos que en realidad estábamos forzando algo que no iba para ninguna parte. Estábamos los dos de acuerdo. No es que alguien tomó la decisión por el otro.
«Me dijo que no le dijéramos nada a los niños, que nos lo quedáramos para nosotros, que no teníamos que cambiar nada en la casa. Seguíamos viviendo juntos»
Jaime Figueroa, panelista de Podemos Hablar: «¿Durmiendo juntos también?»
Paula Pavic: «Sí. O sea como que no ha pasado nada, pero sabemos que ya no estamos juntos. Pero yo había entrado en una mentoría con unos cursos, con varia gente, y de repente me pasó algo súper raro. Esta vez, cuando hablamos, realmente sentí que se cortó todo, y es como que me hubiesen quitado un velo de la cara.
«Antes, toda la vida casada con él, andaba con una venda en los ojos. Te lo juro. Iba a un montón de eventos de desarrollo personal, compartía con un montón de gente y hombres. Lo único que hacía era hablar de él.
«Tuvimos esa conversación y me pasó que salí a la cocina y por la ventana miro al jardín de al lado, veo al piscinero y veo un gallo todo musculoso y fue ‘¿y eso ha estado ahí siempre?’. Y era como que no lo hubiese visto nunca.
«Empecé a mirar a los hombres, a mirar de otra manera. Iba a dejar a los niños al colegio y veía a los profesores y yo ‘¿esos quiénes son?’. Y los niños ‘¡mamá, es mi profesor!’.
«Fue ‘hay un mundo allá afuera que yo no lo estaba viendo’. Empecé a mirar entre mis compañeros y le dije a Marcelo ‘deberíamos decirle a los niños que ya terminamos todo, porque yo estoy mirando a otras personas.
‘En algún minuto que empiece a tener conversaciones con alguien, no quiero que ellos crean que te estoy engañando o actuando mal. Hablemos con los niños y digámosles que ya no estamos juntos, porque estoy mirando para el lado, y siempre te dije que te lo iba a decir si alguna vez pasaba’.
«Me dijo ‘ya, pero le tienes que decir que estás en una relación nueva’. Y yo ‘no estoy en una relación nueva. Te estoy contando que estoy mirando con otros ojos a alguien’. Y no lo tomó muy bien.
«Los niños lo tenían clarísimo. Sintieron ‘ya, pero esta vez que sea de verdad. Están que vuelven, que van, que vuelven, que van. ¿Pero de verdad ahora sí?’.
«Esto afectó. El dejó de pagarme todas las tarjetas, con las que yo pago todos los gastos de la casa, en octubre».