Glamorama
Jorge Valdivia y Daniela Aránguiz en imágenes tomadas de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión, en 2022.

Quince departamentos tienen Jorge Valdivia y Daniela Aránguiz: ella acusa «vulneraciones económicas»

Autor: Fran Varela / Cristián Farías / 29 abril, 2024

«Mírate, ¿quién te va a pescar con dos hijos?», afirma Daniela Aránguiz que le decía Jorge Valdivia cuando estaban casados, ella estaba aburrida de las infidelidades y quería separarse.

La ex integrante de Mekano relató más sufrimientos, más dolor, más situaciones que vivió durante los 17 años que estuvo con el ex futbolista y padre de sus dos hijos. A veces se aburría, quería terminar con su marido, pero ahí venían los miedos de tipo económicos, contó en Podemos Hablar:

Julio César Rodríguez: “¿Por qué te aburriste tan tarde? ¿Por qué aguantaste tanto? ¿Qué pasaba por tu cabeza?”

Daniela Aránguiz: “Miedo. Inseguridad. Por los mismos dichos de él. ‘Mírate, ¿quién te va a pescar con dos hijos?’. Presiones y vulneraciones económicas. En ese tiempo yo no trabajaba. Yo lo pillaba en algo y él, hasta que no me ponía en la buena con él, me quitaba las tarjetas y se iba a pretemporadas por semanas. Él me quitaba todo tipo de cosas.

«Siempre fui inteligente y guardé. Pero sí era mucho miedo. Era muy chica, tenía 19 años cuando me casé con este hombre. Tenía dos guaguas, ¿con quién los dejaba, sola en otro país?, Me daba miedo dejarlo, ¿con quién iba a dejar a mis niños?. Y no me equivocaba, cuando me separé de Jorge, él no me dio nunca más un peso por siete meses.

“A principios de año tuve que pagar cuatro meses de colegio que él debía. La pensión de alimentos fue destinada en tanto, y él iba dando de goteos, lo que él estimaba que merecía. Yo recibía dos arriendos de departamentos que tenemos en conjunto, que no son tres, sino que son quince. Y yo tenía dos que recibía el arriendo, que no es una cantidad de dinero grande, pero se la ponía en las cuentas de ahorro de mis hijos. Esos dos departamentos, uno era para un hijo y el otro para la otra. Todos los meses. Y él cambió los contratos de arriendo, me los quitó.

“Entonces lleva haciendo miles de cosas para darme rabia, porque yo digo ‘tuviera la necesidad de hacerlo’, y ni siquiera es plata que me gasto yo, es plata que yo le guardo a mis hijos para su futuro.

“De pagar cuentas, no voy a mentir, él sí pagaba la luz, el agua, el gas y lo que es la casa. Pero supermercado, bencina para llevar a los niños… Aquí hay muchos incumplimientos que, más que monetarios, son afectivos, que es lo que más me duele».