«¡Me quería morir!»: la falsa acusación por prostitución contra Lola Melnyck en un diario chileno que la traumó y se fue del país
«¡Me quería morir!» decía Lola Malenyck en Vértigo en 2015 sobre la acusación en un diario chileno que arruinó su vida en el país, la traumó y marcó para siempre. La bailarina y modelo nacida en Ucrania tenía 21 años cuando una crónica en La Nación la acusó de haber ejercido la prostitución en Argentina. Luego se comprobó que los datos eran falsos. Pero el daño estaba hecho y nunca pudo ser reparado.
Por eso Melnyck está hoy en los titulares con la frase «lo que viví en Chile fue lo peor de mi vida… No tengo ganas de volver».
Entre 2002 y 2004 la veinteañera accedió de manera fulminante a la fama nacional y las portadas de los diarios. Desde su debut en Morandé con Compañía llamó la atención y subió el rating por su belleza, figura y carisma. Fue cosa de meses para que superara en popularidad a las otras «musas» del espacio de trasnoche. Nombres como Marlen Olivari, «La Sita Jeannette» o «La Porotito Verde» fueron sobrepasados por Lola.
La leyenda de la época dice que fue un asunto de envidia por el que alguien relacionado con la industria televisiva inventó la historia de la supuesta prostitución. El problema es que el asunto se publicó y replicado por los medios sin investigar la fake news.
La ucraniana no resistió. Se radicó en Brasil, donde partió otra vez. Entró a las comunicaciones y la televisión, donde ha logrado otra vez el reconocimiento. En 2015 regresó y visitó Vértigo, donde recordó la infamia que vivió:
«Tengo 32 años, y hace exactamente 11 años que yo convivo con un artículo que salió, hace once años atrás, en un diario… Específicamente decía que yo había sido prostituta. Así de claro y directo, citando a supuestas fuentes, citando supuestos lugares donde yo había ejercido esta profesión más antigua del mundo.
«Gracias a Dios, de aquí de Chile hubo todo un equipo de investigación que fue para allá (a Argentina), que fueron a estos lugares, imagínense… Igual me he comido esta vergüenza, esta humillación, donde la gente de allá, que me conocía, que ha trabajado conmigo, han sido mis profesores, me dicen ‘¡qué está pasando! ¿por qué nos vienen a preguntar estas cosas?’
“No es que yo diga que no he ejercido: se comprobó que yo no he ejercido. En aquel momento no me sentí ofendida, ¡me quería morir! Porque salía a la calle y encontraba unas portadas de este tamaño, en todos los lugares del mundo, en todos los quioscos. Aparte que buscan siempre una foto más polémica, con menos ropa, y unos titulares absurdos, del tipo ‘¿por qué nos mentiste Lola?’. Y tú dices: ‘¿En qué mentí? ¿Qué pasó? ¿Qué hago?’.
“Yo tenía 21 años. Es fuerte, no solamente por aquel momento. Tengo 32 años y de repente tengo que pasar por las mismas preguntas. Trabajé mucho para sacarme es estigma… Fueron allá (a los clubes nocturnos) y no me conocían. Nunca me habían visto. Nunca bailé. Ni siquiera trabajé ahí, ni siquiera bailé».
