«Se me cayó el mundo, se me rompió el alma en mil pedazos… Una angustia que no se me cura»: el dolor de Lucila Vit
“Fue lo más fuerte que me tocó vivir», resume, sin dudas, Lucila Vit sobre la muerte de su papá, el año pasado. La figura que vino de Argentina, ganó el Miss Reef en 2005 y ha estado en programas, relató en La Divina Comida:
«Tenía 71 años. El cumplía años justo el 25 de agosto y el 26 nos fuimos a Punta Cana. Era un viaje soñado porque lo queríamos hacer hace mucho tiempo. Yo decidí invitar a mi papá por su cumpleaños y a mi mamá. Y el Rafa (Olarra, su novio y padre de su hija) invitó a sus papás y vinieron la Jose y el Rafita. Llegamos y a todos nos faltaba el aire, porque hacía muchísimo calor, más la humedad.
“A mi papá le gustaba mucho caminar, caminaba kilómetros y kilómetros todos los días. Entonces el primer día le digo ‘vamos a dar una vuelta’. Él se sentía mal, se agarraba el pecho, pero yo decía ‘es parte, estamos todos igual’. Entonces, cuando lo invité a caminar me dice ‘déjame ver, porque igual como que me falta un poco el aire’. Él tenía un problema al corazón que se lo detectaron hace veinte años, médico, cuadradísimo, no se quiso operar.
“Hasta que el último día, el día antes de devolvernos, yo voy a la habitación de ellos y les digo ‘no me quiero ir, la estamos pasando tan bien’. Y mi papá ‘sí, que lindo, gracias por todo, por este regalo tan hermoso que nos hiciste’.
“Y ellos ese día no fueron a desayunar, porque mi papá se sentía mal. Estaba jugando con mi hija esa misma mañana. Y mi mamá me dice ‘lo voy a llevar al médico para ver qué tiene’. Y ahí mi mamá me escribe ‘está bien, pero parece que tiene líquido en los pulmones’.
“Cuando llegamos mi mamá me dice ‘no entiendo nada, hizo un paro cardíaco’. Ahí se me derrumbó el mundo. Entré en un estado de shock, que yo creo que cuatro días seguidos no sabía dónde estaba parada. La Agus me hablaba, me decía ‘mamá’, y yo estaba en otra dimensión, o entendiendo nada. Decía ‘esto es una broma, no puede ser’. Para colmo, estaban grabando una película, yo abrazada al poste llorando y me dicen ‘¿te puedes correr? Es que estamos grabando. ¡Acción!’.
“Ahí ya pensé lo peor. Y cuando nos avisaron se me cayó el mundo, se me rompió el alma en mil pedazos y hasta el día de hoy no hay una noche en que yo no me duerma con una angustia que no se me cura. Es terrible. Es todo muy fuerte”.