Glamorama
Leonor Varela en dos fotos en revistas de la época (la de rojo es de In Style) en que se dio a conocer en Hollywood, a inicios de los 2000. Archivo Histórico Cdoc Copesa.

«A mí Playboy me ofreció mucha plata para estar en la portada… Más de lo que me han pagado jamás en mi vida», revela Leonor Varela

Autor: Cristián Farías Ravanal / 21 septiembre, 2024

«A mí Playboy me ofreció mucha plata para estar en la portada», cuenta Leonor Varela. «Más de lo que me han pagado jamás en mi vida», recalca la actriz chilena lanzada a la fama en 1999 cuando protagonizó una miniserie para televisión sobre Cleopatra. Luego protagonizó Blade II junto a Wesley Snipes.

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Varela tiene 51 años y en De Tú a Tú habló de su época como emergente figura de Hollywood, tras Cleopatra. Entonces la llamaron de la revista Playboy, de la que importa, la versión de Estados Unidos:

Leonor Varela: «Siempre he tenido una relación extraña con la belleza. De chica no tenía mérito mi belleza, porque no era algo que yo hubiese adquirido, era un regalo porque la vida me había hecho así.

«Si tú miras mi carrera, yo no la basé en eso. A mí Playboy me ofreció mucha plata para estar en la portada y siempre dije ‘no quiero’.

«Después de Cleopatra me ofrecieron mucha, mucha plata… La llamada fue así: mi agente me llamó y me dijo ‘están llamándote de Playboy, te ofrecen tanta plata’. Más de lo que me han pagado jamás en mi vida. Dije ‘no’. Porque no voy a ser feliz, no voy a estar cómoda.

«A mí la identificación con la belleza es algo que siempre he tenido como ambigüedad. Cleopatra me ayudó mucho a usar la belleza como una cosa de poder, y con ese personaje entendí que era un don. Cómo en La Bella y la Bestia, es algo que te cambia para bien. Es una expresión de la divinidad interna también, más en lo místico. Pero la sexualización de la belleza es algo que me incomodaba mucho.

«Mi ejercicio, mi deporte y mi rutina es más porque me hace bien al coco, porque me siento bien, porque me hace ser feliz y me hace alegre. Me sube el humor, me sube la endorfina.

«A medida que uno va madurando también vas encontrando es equilibrio de desidentificación con ese rol. Yo no soy ese sex symbol, soy otra cosa, y quiero ser otra cosas, y me interesan más otras cosas»