«Me golpeó brutalmente… Me escupió», «me pegó en la oreja izquierda, caí al suelo… Dije ‘me va a dejar sorda'»: Mariela Sotomayor denuncia a su marido y padre de sus tres hijos
«Me golpeó brutalmente, de una forma que nunca voy a olvidar. Me pegó en la oreja izquierda, caí al suelo. Escuchaba un bum, bum en el oído. Dije ‘este w… me va a dejar sorda'», revela Mariela Sotomayor sobre lo que le hizo su marido, de quien está separada desde casi dos años y a quien denunció en el estelar de farándula Only Fama, donde es panelista.
«Una es tonta», afirmó sobre las más de dos separaciones que tuvo con Felipe Salinas, de 41 años, con quien se casó en la Catedral de Chillán, donde se crió, en 2014. Pero ella se la jugaba por salvar el matrimonio, haciendo esfuerzos, cediendo y yendo a terapia. En la última reconciliación quedó embarazada y tuvo a al menor de sus tres hijos, en 2021, plena pandemia.
Pero nada resultó y la periodista de 42 años contó su verdad: «Durante los doce años que viví con él fui ahorcada, fui pateada, fui escupida. Me encerraban para grabarme y pegarme y siempre su amenaza era que él iba a mostrar esas cosas y que me iba a dañar y yo iba aquedar sin trabajo», afirmó llorando en el programa que anima Fran García-Huidobro
El último capítulo en la tragedia de tipo marital de Sotomayor se gatilló en 2023, cuando, después de episodios de violencia y uno y otro reencuentro, la pareja decidió separarse. El matrimonio vivía en Chillán. Mariela y sus tres hijos se fueron a la casa de su hermana Rafaella, en las afueras de la ciudad.
La periodista había iniciado una relación con un amigo que antes había tenido un romance con Rafaella. Una noche hicieron un carrete todos en la casa de Rafaella, donde se detonó la violencia luego de que el nuevo amor de Mariela se fuera a su hogar. Posteriormente arribó Felipe Salinas. La comentarista de farándula relató:
«Mi hermana le dice a Felipe ‘la Mariela está enojada conmigo porque dice que yo estoy celosa, porque ahora ella, como está con esta otra persona’…
«Lo más suave que escuché es ´te voy a matar m… cul…’. Tuve que arrancar de ahí gracias a una ex amiga de ella, que me ayudó a salir. Como salí corriendo, dejé mi teléfono. Ellos lo encontraron, lo cargaron y encontraron mensajes con mi pareja. Una amiga trató de ir a buscar mi teléfono. El dijo ‘no. Si ella no viene a buscarlo, yo no le entrego el teléfono a nadie.
«Cuando llego a este campo a buscar el teléfono, él se acerca al portón con mi teléfono en la mano. Comienza a pegarle al teléfono, a decirme, enrostrarme todo lo que yo había hecho. Me escupió en la cara. Lanzó mi teléfono. Corrí por el campo hacia donde cayó el teléfono.
«Le digo ‘¡déjame entrar!. Yo estoy viviendo aquí’. Me dice ‘esta no es tu casa’. Le respondo ‘sí es mi casa porque están mis hijos y mis cosas dentro’. Me dice ‘no te voy a dejar entrar’. Lo único que me quedó fue subir un portón que mide casi tres metros y salté. Cuando salto, él se acerca y me golpeó brutalmente, de una forma que nunca voy a olvidar. De cada golpe que me pegaba… Me pegó en la oreja izquierda, caí al suelo. Escuchaba un bum, bum en el oído. Dije ‘este w… me va a dejar sorda’.
«Me pegó tantas veces, botada en el suelo… Y veo a mi hermana asomarse por la ventana de la cocina y le grito ‘¡ayúdame!’, y ella cerró la cortina y dejó que me pegara. Corrí por el campo hasta llegar adentro porque necesitaba ver a mis hijos. Me insultaba.
«Yo no había podido arreglar mis cosas. Tomaron mi ropa, bolsas con mis cosas, me las tiraron al barro. Entre los dos me insultaban. Yo no hallaba qué hacer. Fue espantoso.
«Llamaba a mi mamá, le pedía que por favor me ayudara porque no podía soportar lo que estaba pasando. Tomo a mis niños y les digo ‘¡vámonos, porque hay un problema!’. Me dicen ‘¡mamá! ¡Le fuiste infiel a mi papá!’, porque ellos no cuidaron nada. Agarramos una maleta y metimos unas pocas cosas y ahí empezó otro calvario más, porque ella me tuvo encerrada, retenida en su casa como tres horas. Le rogaba que me dejara salir. Lo que ella quería es que llegara mi papá y viera todo el escándalo y lo que yo había hecho, de haber sido infiel.
«Mi mamá tuvo que hablar con ella para que me dejara salir. De tanto rogarle me dejó salir y me fui con mis hijos».