Miguel Piñera y Carla Ochoa: se conocieron cuando ella tenía 16 años y él 42, y terminaron mal, con un drama de paternidad
Quizás qué vio esa niña que estaba por cumplir los 17 años, cursaba la enseñanza media y «taquillaba» junto a sus amiguitas en Reñaca, en este hombre de 42, vestido de negro, pelo largo y boina, que hacía retumbar el motor de su Harley-Davidson.
En 1995 el llamado «Rey de la Noche», intérprete de La Luna Llena, empresario de locales nocturnos y soberano del carrete que dormía de día, quedó prendado de Carlita Ochoa.
Miguel «Negro» Piñera se hacía notar por look y por personalidad, pero ella en un principio no lo pescó mucho. El la empezó a invitar a sus tocatas y le dedicaba temas. Hasta que la colegiala entabló un vínculo con el regalón, «hippie» y «oveja negra» de los Piñera Echenique. Esto a pesar del enojo y reticencia y todas las alarmas que encendieron su hermano mayor -quien no le habló en tres meses- y su padre, quienes desaprobaron que saliera con un hombre 25 años mayor.
El pololeo comenzó de forma oficial cuando Ochoa estaba por cumplir los 18. Vinieron los viajes dentro y fuera de Chile, las invitaciones, la bohemia, las fotos, entrevistas, los programas y la fama.
En Viva el Lunes, el estelar con más rating de todos los tiempos, en Canal 13, Kike Morandé fue el único que simuló un gesto de reprobación cuando invitaron a la pareja. Entraron de la mano y Carla ya era una estrella, vestida con pantalón ceñido y top tipo bikini. Todo bronceado y pelo rubio.
«La diferencia de edad yo no la siento mucho», declaró Miguel, de 43.
Disfrutaron la dolce vita durante casi siete años. Fueron el centro de los flashes, siempre con una sonrisa y un halo de alegría, donde el que enfrentaba los micrófonos era Piñera. Y en 2001 partió la debacle.
Ochoa reveló que estaba embarazada. A los 22 años esperaba su primera hija junto al «Negro». Sin embargo, en los cuarteles de la prensa de farándula, que había nacido apenas dos años antes con el mechoneo de Titi Ahubert y Daniella Campos, circulaba la versión de que el padre no era Miguel. Ambos guardaron silencio y ya casi no aparecían juntos.
La niña nació en febrero de 2002 y el 22 de abril Piñera envió un comunicado que le ayudó a redactar su hermano Pablo, entonces director de TVN. «No soy el padre de la hija de Carlita. Ella me lo dijo. Lo he sabido hace tiempo, pero soy un caballero», anunció. Fue un escándalo.
La relación estaba rota. La modelo se refugió en su familia y en el padre de su hija, Karim Pichara, entonces un estudiante de Ingeniería Comercial de 25 años.
Los Ochoa sintieron que el cantante resolvió de la peor manera el asunto familiar. Miguel realizó comentarios y ataques contra su ex pareja. Carla y su familia quedaron defraudados y dolidos. Patricio Ochoa, padre de ella y su protector, salió a defenderla y años después se publicó el libro biográfico Todas las Ramas Tocan el Cielo.
Su autor, viejo amigo de Patricio Ochoa, resumió el relato así: «Una jovencita de 16 años que se dejó encandilar por un hombre de 40 y lo pasó mal… Se encandiló con viajes al Caribe, al Norte de Africa, etc… Alguien que se dejó seducir por una persona mayor».
El tiempo curó las heridas. Más de una década después, los ex pololos volvieron a hablar y ahora Carlita envió un mensaje a Miguel tras dar a conocer su enfermedad. «Espero poder darte un abrazo pronto», le dedica.