«Toco el timbre, me abre la puerta la mina… Entro y le digo (a Barticciotto) ‘hola, ¿cómo lo estás pasando?’»: Antonella descubrió in situ la infidelidad del ex futbolista
“Toco el timbre, me abre la puerta la mina. La miro y le digo ‘hola’. Entro y le digo a él ‘hola, ¿cómo lo estás pasando?’. Me mira y… Ella no sabía de mi existencia, le digo ‘¿cuánto tiempo llevas tú con él?’. ‘Seis meses’. ‘Yo tres’. ¡Yo era la otra!».
Este es parte del relato tipo drama de pasiones sobre el día en que Antonella Ríos descubrió la infidelidad de Marcelo Barticciotto en el mismo departamento del ex futbolista de 58 años donde la actriz tantas veces había estado.
Porque, tal como lo informó Glamorama luego del portonazo que Antonella y Marcelo sufrieron en noviembre, ellos mantuvieron una relación.
Y mientras el ex futbolista ha mantenido silencio, Ríos ha ido relatando con respeto y mesura su verdad: fue una relación tipo pololeo de tres meses que él se preocupó al extremo de que no saliera a la luz. Y terminó por infidelidad. Así lo confirmó la actriz en Que Te Lo Digo, luego de que relatara el episodio donde descubrió al «Barti» con la otra mujer.
En el podcast de Roberto Cox reveló sin mencionar el nombre del actual comentarista de deportes:
“Yo estaba pololeando (cuando entró al reality Palabra de Honor, en 2024)… No sé si estaba pololeando, pero estaba en una relación con alguien. Yo me porto bien, llevábamos dos meses. Es como cuando estás ahí pero, como yo soy orgullosa, no le iba a decir ‘¿qué somos?’.
“Esto era exclusividad. No era un pololeo. Y yo de verdad me porto bien. Entonces me fui al reality, ‘ya, yo te espero’. Me esperó, pero después se complicó todo, porque lo pillé en varias cosas. Tenía sucursales. No era exclusivo. Y yo, con Fabio Agostini paseándose en pelota (en el reality), portándome bien como las lesas.
“Y ojo de loca no se equivoca. Fue como serie de televisión. De repente voy a su casa, prendo la tele y había una cuenta de YouTube que no era yo, que no era él. Dije ‘¿quién es esta?’. Me metí y ‘ah, es esta persona. Ok, me sigue, la voy a tener ahí, reservada’.
“Pasaron los días, seguí calculando, y le digo ‘te voy a ir a ver’. El me responde ‘no. No estoy en mi casa’. ‘Yo estoy abajo de tu casa, en el citófono’. Me dice ‘yo salí, estoy trabajando, después nos vemos’.
“Toco el citófono y digo ‘hola, la Antonella’. Había ido otras veces. ‘Pase’. No lo llamaron. Me meto, bajo, subterráneo, estaba el auto. Foto. Subo, me acerco sigilosamente al departamento y escucho voces de mujer. Listo.
“Toco el timbre, me abre la puerta la mina y era la misma del YouTube. La miro y le digo ‘hola’. Entro y le digo a él ‘hola, ¿cómo lo estás pasando?’. Me mira y… Ella no sabía de mi existencia, le digo ‘¿cuánto tiempo llevas tú con él?’. ‘Seis meses’. ‘Yo tres’. ¡Yo era la otra!
“La mina ‘yo me voy’. ‘No, no te vayas’. ‘¡Que se vaya!’. ‘¡¿Qué quieres, que se quede ella o yo?!’. ‘¡Tú!’. La mina se va, y antes de irse, no lo mira a él, me mira a mí. Yo la abrazo, porque el malo era otro, no nosotras, estábamos las dos engañadas. Me dice ‘hablamos’.
“A él lo dejé en su lugar. Le dije algunas verdades. Fue durísimo. Fue muy heavy, porque a ella le dije ‘¡nosotras peleando por esta weá!’. Y él así… Ella me habla por Instagram y confirmamos que efectivamente estaba a dos bandas.
«Con ella hablamos harto. Empezamos a hablar de lo que nos decía, su modus operandi. Las palabras que usaba eran exactamente las mismas, iguales. Hasta las canciones que nos dedicaba eran las mismas».