Dormían los tres en la habitación, Felipe, Claudia y los halcones: la historia de amor de Camiroaga y Schmitd que nunca salió a la luz
Eran muy, muy amigos. Y amantes. Claudia Schmitd y Felipe Camiroaga vivieron con relajo un extenso y súper secreto romance que esta semana ella recordó en Que Te Lo Digo. En Claudia el animador encontró a una rubia espectacular, regia y guapísima, como le gustaban. Pero, lo más importante, a una confidente divertida, sin rollos, que lo acompañó en sus correrías campestres en Chicureo y que nunca lo traicionó. Jamás.
Por eso no hubo ni siquiera trascendidos a los programas de farándula ni a las páginas del corazón. Menos fotos. Hasta 2014, cuando Glamorama desclasificó las primeras imágenes de la pareja durante unas de sus tantas tardes de piscina, asados, amor y diversión.
La fecha de inicio de la relación concuerda con la llegada de la uruguaya al Pase Lo Que Pase, el mítico programa que creó Camiroaga en TVN y que se emitió hasta 2002. Y terminó cuando Schmitd conoció al futbolista Marcelo Salas, con quien vivió un intenso affaire. Así lo recuerdan testigos de aquella época.
Las mismas fuentes afirman que El Halcón de Chicureo y la ex musa de Morandé con Compañía fueron muy íntimos. Con ella, Camiroaga se sentía querido y muy cómodo. En la parcela de Felipe, la espigada maniquí de alta costura se transformaba en una mujer de campo que lo acompañaba por horas y horas en sus paseos por los cerros con los halcones y los perros detrás. Claudia cabalgaba paciente y fiel, hasta que el cuerpo no le daba más, se despedía y volvía a la casa de madera del animador. Allí lo esperaba.
Camiroaga trataba de enseñarle a hacer las artesanías que él fabricaba; a coser en cuero accesorios para sus adorados halcones. Claudia lo hacía reír, escuchaba las penas y alegrías del conductor. Muy recordados son los “guatazos” que la joven sufría en la piscina de Chicureo y que provocaban una artillería de risas y bromas del dueño de casa, durante los famosos asados de fin de semana del rostro de TVN con su grupo de íntimos del Pase Lo Que Pase, el equipo al que más quiso.
Por las noches, los amantes compartían alojaban en la habitación del dueño de casa en Cachureo, donde también en ocasiones tenía su sitio Alberta, el ave que Felipe más quería.
También se reunían en los departamentos del rey de los matinales y salían a comer a los restaurantes de Alonso de Córdoba.
Claudia Entendió que con el galán no había compromisos ni planes y asumió las condiciones sin problemas. Luego tuvieron sus “remember”. “De cualquiera de los dos, el que tuviera ganas llamaba, así de simple”, recordó ella en 2014 en SQP.
La confianza se mantuvo siempre. La hoy panelista de Que Te Lo Digo (donde realiza un reemplazo a Luchito Sandoval, que está de vacaciones) formaba parte del grupo que integraba su amiga y también modelo top Pilar Jarpa, y el esposo de ella, el productor Mauricio Benavente, todos parte del círculo de hierro de Felipe. Eran de las poquísimas personas con que el animador más popular de Chile se sentía a gusto y en confianza. Querido y protegido.