Glamorama
Carla Ballero en una imagen de archivo tomada de pantalla.

«Carla Ballero le sacaba las cosas a los conserjes, los vinos que les dejan para la Pascua. Cuando se fue se llevó unos muebles de la recepción del edificio», cuenta mujer que le reclama una deuda de $45 millones por arriendo y más gastos

Autor: Cristián Farías Ravanal / 5 abril, 2025

La instructora de esquí Carolina Ibáñez no solo acusa y planea acciones legales contra Carla Ballero, porque afirma que la metió en una deuda de $45 millones. Además cuenta que la panelista del programa Sígueme se llevó los muebles la conserjería de un edificio. Porque cada detalle que contó la supuesta víctima en Que Te Lo Digo tiene ribetes de guión se serie Netflix.

La historia parte a inicios del 2000, cuando Ibáñez pololeó con el ex empresario minero Raúl Fergie, con quien tuvo una hija. En 2012 él se casó con Carla Ballero y tuvieron tres hijos. Ambos pasaron por un período oscuro, de adicciones y mejora. Se separaron en 2016, aunque aún el matrimonio no se ha disuelto de manera legal.

Durante su segundo pololeo, entre 2018 y 2020, Ibáñez y Fergie vivieron en una casa que ella arrendó. Además, el hombre de 65 años le pidió a Carolina que arrendara a su nombre un departamento para Ballero y sus tres hijos, porque ellos no podían hacerlo ya que estaban en Dicom. Ibáñez aceptó y todo terminó mal.

Según la instructora de esquí, Carla vivió dos años en el inmnueble y no pago nada. «El dueño del departamento también estaba casi que demandado por la comunidad por escándalos que se hacían en ese departamento», afirma.

Finalmente, el propietario del inmueble, aburrido y lleno de impotencia, según narró Daniella Campos en Que Te Lo Digo, le pasó tres millones a la ex «Locaría» de Morandé con Compañía para que abandonara la propiedad y pudiera pagar el primer mes de arriendo en otro lado.

A esas alturas, en 2020, Ibáñez ya había terminado con Fergie, quien volvió a vivir con Carla y sus tres hijos, como amigos, pero dejando a Carolina con un pesadilla sobre sus hombros. Daniella Campos relató:

«Carla recibe los tres millones, los acepta, pero al momento de irse del departamento, lo destruyó por completo. Se robó toda la grifería del departamento y lo destruyó (en una nota de Que Te Lo Digo agregaron que «se llevó hasta el lavaplatos»)

«Por esto, el dueño empieza una acción judicial, pero en contra de Carolina, quien era la arrendataria del inmueble. A ella la sacaron de los correos de la corredora donde se pedía que se pagara arriendo. Y de repente recibe una notificación de demanda con orden de embargo y remate a su propiedad. O sea, ‘si usted no paga la deuda de Carla Ballero, le rematamos su casa’, donde vive con sus hijos.

«La deuda es por no pago de dos años de arriendos, no pago de gastos comunes, servicios básicos. Además, los tres millones que la habría pasado el dueño del departamento a Carla Ballero. La demanda de Carolina asciende a 65 millones de pesos».

Entonces que Ibáñez (quien siempre apareció en los papeles como arrendataria) intentó que la hermana de Alvaro Ballero, el primer chico reality top de Chile, asumiera la deuda. Pero recibió un portazo y mensajes del tipo «¡Entiende tontita!», «¿sabí quién me importa un pic…? ¡Voh, w…! ¡Andate a la CTM!»».

Finalmente Carolina, quien goza de buena situación económica y del apoyo de su familia, para evitar que le remataran su casa, llegó a un acuerdo y pagó 45 millones de pesos en dos vale vista, en 2022.

A dos años del calvario, la víctima procesó y decidió sacar a la luz lo que vivió, todo por el amor a Raúl Fergie, quien al final también la dejó sola y se hizo el desentendido con el problema con Carla.

«Fui muy tonta. Pasada demasiado para el otro lado en tratar de ayudar a Raúl», reflexiona Ibañez, y entrega detalles de los cuales se enteró a través del abogado que la defendió en la demanda que el dueño del departamento interpuso contra ella:

«El abogado contaba que Carla llegaba gritando, que metía gente, que le sacaba las cosas a los conserjes… Los vinos que le dejan para la Pascua. Y cuando se fue del departamento, se llevó unos muebles de la recepción del edificio. Y los tuvo que devolver al final.

Y lanza una última declaración: «Me da mucha rabia. Porque ver a una persona que miente descaradamente, que habla de códigos, de estatus social; que los rascas, los rotos chilenos… ¡¿Qué se cree?! No puede venir a denigrar a todo el mundo, siendo que ella no tiene ducación ni ningún código».