El carisma de Laura Pausini y el humor de Jorge Alis triunfan en la segunda noche
“¡Buenas noches, Quinta Vergara!”, saludó Rafael Araneda cuando el reloj daba las 22 horas. Carolina de Moras habló del “monstruo maravilloso” que era protagonista del certamen latinoamericano. Mientras se iban a comerciales, el director de la transmisión, Alex Hernández, bromeó con el público, alentando a aplaudir al comediante que protagonizaría esa jornada, el argentino Jorge Alis.
Pero el instante más memorable del primer tramo de la segunda noche vino justo después. Porque si la presencia de Laura Pausini presagiaba una velada marcada por la emotividad y la candidez romántica, la primera escena bajo tal inspiración no fue patrimonio de la música, sino que de los propios animadores: ayer, De Moras cumplía 33 años, por lo que su aliado en escena incitó sutilmente a que la audiencia le cantara el cumpleaños feliz. Cuando el público lo hizo, la figura femenina de Chilevisión -quien lucía un vestido del chileno Juan Failer y joyas de José María Goñi- se quebró y demostró su emoción con un par de lágrimas, acotando que se trataba de “el mejor cumpleaños que he tenido en mi vida”.
De algún modo, el instante mantuvo a raya las diversas críticas que surgieron por su desempeño en la noche inaugural del domingo.
Por su parte, la italiana empezó desplegando su lado más pop con Limpio, single de su última entrega y que interpreta con Kylie Minogue, secundada nuevamente por la vistosa iluminación escenográfica de la Quinta Vergara. Un hit más reciente que dio paso no sólo a un repertorio de éxitos -con cimas como En cambio no, Inolvidable, Amores extraños o una versión sinfónica de La soledad-, sino que también a su abundante labia, contando relatos familiares acerca de su abuela fallecida o gritando “¡Dilo, Monstruooo!” o “¡Graaaciaaas!” cuando el recinto le dio el pack completo de dos antorchas y dos gaviotas.
Una alegría explosiva que fue ovacionada por una fanaticada que no alcanzó a llenar el reducto -fue una de las noches con un flujo más lento de entradas-, cuya edad se concentraba en los 25 a 40 años, y donde destacó Israel Villablanca, el seguidor que dibujó un retrato de la europea, que durante horas se paró sin éxito en el Sheraton y que ahora tenía su recompensa al llegar al escenario. (Lea la nota completa en La Tercera).