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Llantos, gritos y una boy band: así fue el paso de One Direction en Chile

Autor: admin_copesa / 2 mayo, 2014

“No he dado mi primer beso, ¿Me ayudas?”, decía el cartel que sostenía un adolescente en Avenida Grecia, entremedio del movimiento permanente de niñas y jóvenes, más algunos padres con expresión de entregados. Una niña se le acerca y entre risas le da un beso apurado y se aleja. “Ya es la segunda”, le dice el joven a su amigo que lo graba con su celular. “Venimos a molestar nomás, ni vamos a entrar”, concluyen riéndose. Sacan otra hoja y vuelven a ubicarse en su posición. La imagen amenizó el entorno del Estadio Nacional, en lo que fue el debut de One Direction en Chile, el pasado miércoles 30, en una postal que también se replicó ayer, en el show final de los británicos en Ñuñoa.

 

Pese a la convocatoria aplastante del fenómeno juvenil, afuera del recinto el ambiente tuvo una jornada tranquila durante el primer concierto. Las puertas se abrieron a las 14.45 horas, 15 minutos antes de lo programado, liberando la calle de las fanáticas. Sólo la fila de Avenida Marathon siguió recorriendo un par de cuadras, debido a lo angosto del acceso. Para la segunda velada, la organización optó por otra metodología que evitó el descontrol: cerca de las 15 horas, hizo pasar a las seguidoras en grupos de a 50, logrando cierta calma en un público ya nervioso con el frío otoñal y la llovizna capitalina.

 

Pero en ambos días, los verdaderos nervios explotaban al interior del Nacional. Por ejemplo, el miércoles, cuando el sol se empezó a esconder, localidades como Andes y Galería ya estaban cerca del máximo de su capacidad. Cerca de 60 guardias mantenían la separación entre cancha general y preferencial, sin la necesidad de intervenir aún a las fanáticas apiñadas en la reja. Incluso, el movimiento en los sectores de primeros auxilios era mínimo.

 

La energía de las miles de jóvenes se liberaba en sus reacciones a los videos que pasaban por las pantallas gigantes. Cuando artistas como Ellie Goulding o Katy Perry eran amplificadas por el montaje, el chillido al unísono era ensordecedor. La reacción era aún más alterada cuando pasaron videos de 5 Seconds of Summer, aspirantes al trono que posee One Direction. Lo mismo ocurrió con el telonero español Abraham Mateo, que en una presentación muy breve (apenas superando los 20 minutos en ambas jornadas) encendió gritos y chillidos.

 

La locura, una vez que el quinteto pisó escena, se había desatado. Los gritos incluso opacaron las voces del grupo, sobre todo durante las primeras canciones, haciendo de las palabras de los británicos algo casi indistinguible. A los 20 minutos comienzan a aparecer las primeras desmayadas, llevadas por seguridad a la carpa de primeros auxilios. La cantidad de personas atendidas fue disminuyendo a medida que avanzaba el recital, y por razones obvias: cuando alguna de las afectadas se veía en la carpa de ayuda médica, lejos de lo que sucedía en el escenario, partía nuevamente corriendo a tomar posición. No había tiempo que perder. En ambas presentaciones el set partió puntualmente a las 20.00 y duró cerca de una hora y 45 minutos, incluyendo éxitos como What makes you beautiful, Story of my life y Best song ever. (Lea el artículo completo en La Tercera).