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El padre de Mafalda gana el premio Príncipe de Asturias

Autor: admin_copesa / 22 mayo, 2014

La niña que filosofaba nació de la pluma de un ilustrador que pensó en hacer dibujos mudos. Quino, el viñetista que hoy ha recibido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, adoraba el arte silente de Buster Keaton. Por ese sendero siguió hasta que en una redacción de Buenos Aires le dijeron que el humor necesitaba palabras. Quino aceptó el consejo o la exigencia y llenó sus viñetas de nubes. A veces, con diálogos socráticos, a veces con las palabras justas, como cuando Mafalda, la niña con sopofobia que convirtió a Quino en un dibujante universal, sólo acierta a gritar:

 

¡Paren el mundo, que me quiero bajar!

 

Joaquín Salvador Lavado, Mendoza, 1932, ya no dibuja. Su vista se ha ido debilitando. Pero lo que ha dibujado antes es suficiente para arroparle para siempre. El, un humilde patológico, es profeta en su tierra y fuera de ella. El Príncipe de Asturias se suma a una larga de lista de reconocimientos para el humorista, que coinciden con la celebración de los 50 años del nacimiento de Mafalda. Quino creó su gigante de seis años el 15 de marzo de 1962 para una campaña publicitaria para una marca de electrodomésticos que se frustró por el camino, pero el padre de la criatura prefiere fijar como fecha del natalicio el 29 de septiembre de 1964, cuando se publicó la primera tira en el semanario Primera Plana, de Buenos Aires.

 

La niña de seis años apenas vivió una década en el papel impreso. Quino abandonó el personaje en 1973 sin que éste nunca le haya abandonado a él. A diferencia de otros creadores abrumados por sus creaciones, camina contento de la mano de Mafalda. Se siente acompañado, aunque hoy habría retratado una familia reconstituida, como confesaba en una entrevista de 2013. En su famosa saga han envejecido el contexto social (el papel de la mujer encarnado por esa contumaz cocinera de sopa que es la madre de Mafalda y Guille) y el político (la dictadura argentina, que causó el exilio del humorista), pero sus recetas existenciales siguen vigentes. Como las preguntas del idealista Felipe (“¿No sería hermoso el mundo si las bibliotecas fueran más importantes que los bancos?”) o las sentencias de Mafalda (“Como siempre; apenas uno pone los pies en la tierra se acaba la diversión”).

 

La vigencia de los mensajes de Quino pesó en la decisión del jurado del Príncipe de Asturias: “Al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento”.

 

Al premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, dotado con una escultura de Miró y 50.000 euros, optaban 22 candidaturas procedentes de 14 países. Junto a Quino, el primer dibujante que entra en la galería de estos galardones, los aspirantes que llegaron hasta la recta final fueron el periodista mexicano Jacobo Zabludovsky y el filósofo Emilio Lledó. Imagen del padre de Mafalda: