Las preciosas chicas Instagram que revolucionan la vida social santiaguina
Esas señoras todo emperifolladas, con el peinado tieso de laca, el traje dos piezas imitación Chanel y perfume dulce de Nina Ricci están out. La vida social vive un terremoto. Una revolución protagonizada por un grupo de niñitas. Adolescentes y veinteañeras preciosas que con 10 mil pesos pueden adquirir un look espectacular en las tiendas de ropa usada de calle Bandera. Su vía de comunicación no son esas fotos de pose tiesa que salen en las páginas del papel cuché, sino que Instagram, donde tienen cientos de miles de seguidores.
Belén Soto la lleva. La jovencita de 18 años, que todo Chile quiso como la adorable hija de Jorge Zabaleta en la teleserie Papi Ricky, tiene 107 mil seguidores que la miman y le copian los looks y lo que sea que publique en la red social de fotos. Vesta Lugg, una rubia tipo película Disney de 19 años, cuenta con 91 mil fans y recibe media docena de invitaciones a la semana. Vesta impactó con un vaporoso vestido largo «Barbie princess» tono malva, opacando incluso a la top model Carola Parsons en una premiere.
Los jeans que use la inmaculada Trinidad de la Noi, la Brigitte Bardot de la generación Instagram; o el maquillaje que se ponga Kika Silva, otra ninfa de la web, dictará tendencia. Por eso las marcas fashion mueren por ellas. Son referentes de estilo. Les regalan ropa y productos a cambio de su sola presencia. «Es una nueva generación que vive de los eventos y las marcas. Les gusta vestirse, exponerse y se proyectan a través de las redes sociales», dice Pablo Courard, director ejecutivo de la agencia de comunicaciones Alta, que trabaja con Adidas, GAP o Mango; y efectúa apetecidos eventos, como la fiesta de H&M que fue furor esta semana.
«Ahora hay eventos casi todos los días. Los invitados se esfuerzan por llevar sus mejores look y ya no tienes que esperar siete o quince días para ver las fotos en las revistas; porque tienes las redes, que se actualizan de inmediato», cuenta Andrea Hartung, editora del sitio www.biut.cl. «Una niña de 20 años no va a mirar las sociales de una revista, sino que hojea Instagram, donde una de estas chicas con miles de seguidores publica cinco fotos en unos minutos», opina el productor Ras Silva.
Pero las «Instagirls», como las bautizó la revista Vogue, tampoco se creen el cuento. «Yo sólo subo fotos de mi vida diaria y muy pocas veces de moda”, responde Belén Soto. “¡Me carga que me digan ‘socialité’!», reclama Lugg. «Porque una socialité se relaciona más con una diva y lo que pasa es que, cuando quiero decir o ponerme algo, lo hago y no pido perdón. Las personas se percatan de mi transparencia y eso es clave para las redes sociales», asegura –MIRE AQUI LA VERSION IMPRESA EN LA TERCERA. VAYA A LA PAGINA 111-.