Glamorama
Guns N' Roses en Chile, en diciembre de 1992: Slash tomando el sol con una amiga en la piscina del Sheraton, y Axl Rose en pleno en el Nacional. FOTOS: ARCHIVO COPESA

La peligrosa visita de Guns N’ Roses en 1992: Relato inédito!

Autor: Cristián Farías / Carlos Zúñiga / 9 enero, 2016

“¡Fuck you!” gritaba furioso Axl Rose, Slash y el resto de los Guns N’ Roses desde una furgoneta a 140 por hora y en pleno Providencia con Salvador, a los reporteros noventeros que los seguían desde el aeropuerto. Amanecía en Santiago ese miércoles de diciembre de 1992 y la visita del grupo de rock más peligroso del mundo, que hoy, 24 años después, regresa al Nacional, continuó ultra violenta en el hall del Sheraton –VEA LA VERSION IMPRESA DE ESTA COLUMNA EN EL DIARIO LA TERCERA-.

El fotógrafo Marco Muga llegó primero a la entrada del hotel y un guardia de dos metros y cuerpo de clóset lo lanza al suelo de un manotazo. Axl sale disparado de la furgoneta, enojado y con los ojos chiquitos, como andaba siempre por esos años. Mira a Muga en el suelo y se pone a saltar sobre la espalda del gráfico.

“Más tarde volví picado y desde el sexto piso me ven tomando fotos. Axl se bajó los pantalones y me mostró el traste”, recuerda Marco sobre la imagen que se convirtió en clásico. “El cantante me quitó el micrófono y me lo lanzó en la cara. Lo alcancé a esquivar. Me insultó en inglés y después incluso me recriminaron por haberlo ‘molestado’”, agrega el periodista Marcelo Sandoval, que trabajaba en Mega.

La explosiva estadía siguió a garabato limpio, más agresiones; allanamiento al avión y las habitaciones de la banda en busca de cocaína y el alarmante retraso por dos horas del show en el Nacional, donde 70 mil almas rugían impacientes.

“Pasaron dos horas y nadie se movía. Era impresionante. Si alguien hubiese salido y dice ‘se canceló el espectáculo’, no quiero saber lo que habría pasado”, cuenta Iván Valenzuela, que animó la transmisión del concierto junto a Kathy Salosny.

En ese momento se especuló que Axl estaba borracho en el hotel y no quería tocar. “Eso se decía, pero no hubo certeza. Si son rockeros de la onda de ellos, es f cil elucubrar cosas de ese tipo”, responde Salosny. “Pero era muy difícil estar transmitiendo, mostrando videos y rellenando dos horas. Fue peludo”, explica.

La conductora no se enteró de la avalancha que hubo en la entrada al estadio y que dejó a una niña aplastada que falleció días después.

Salosny también terminó por entregarse al Welcome to the jungle y otros himnos del grupo que lanzó una última amenaza. Ante la lluvia de proyectiles inicial por el par de horas tarde, Axl advirtió que detendría el concierto y se iría. Tal cual.