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El conmovedor ataque de llanto de Alvaro Escobar en pantalla

Autor: admin_copesa / 20 julio, 2014

Anoche Locos por el Mundial logró uno de sus momentos más altos. Fue pura emoción cuando Alvaro Escobar habló de su preciosa hija Aurora, de casi siete años. Toda la situación terminó con el actor, abogado, roquero y ex diputado llorando desconsolado, de cariño por la niña.

 

En el estelar de Chilevisión partieron  contando que al conductor del late Más Vale Tarde, de Mega, le costó ser papá. “No estaba en mis libretos, no estaba planificado. Probablemente había fantaseado en un minuto con la idea de ser papá, pero no me había enfrentado nunca al milagro de tener una hija ahí, una niña que… No sé cómo se describe”, dijo Escobar.

 

Comentó que estuvo “un año y medio en campaña”. Explicó que “por la edad en la que ambos llegamos a la decisión de ser padres, tuvimos que ayudarnos con tratamientos. Tiene un grado de estrés feroz, cada vez que no estábamos embarazados, tienes la sensación de que está avanzando el tiempo”. El rostro de Mega afirmó que lloró como Magdalena el día en que supo que llegaría Aurora.

 

La producción de Locos por el Mundial lo sorprendió con un dibujo hecho por la niña. Alvaro lo miró y los ojos se le llenaron de lágrimas. No aguantó. Se puso a llorar. Y luego aumentó aún más la emoción, porque Aurora le envió un tierno y amoroso saludo grabado en el patio de una casa. Este fue:

 

“Hola papi, te quería dar una sorpresa y te quería decir que yo te quiero mucho y lo paso muy bien contigo. Me hace reír porque me hace caras raras. Papi, estoy muy feliz de que seas mi papá, porque yo siempre contigo la estoy pasando muy bien. Me vas a buscar al colegio, inventas juegos para que juguemos, me cuentas cuentos. Cuando me quedo a dormir a tu casa, siempre me haces comidas muy ricas; nos subimos al techo, recogemos las hojas y eso me encanta. Y me encanta que tú seas mi papá. Papá, te quiero mucho, ojalá que te haya gustado esta sorpresa”. 

 

Su hija le lanza un beso y Escobar ya no daba más de orgullo y lágrimas. “¡La cagó! ¿No es cierto? Se pasaron, muchas gracias, que cariñosos que son”, decía, secándose las mejillas. Feliz y orgulloso.