El agrio enfrentamiento de Bombo Fica y el Festival de Viña
Bombo Fica es rating seguro. En el Festival de Viña de 2012 marcó un peak de 56 puntos -el récord del certamen lo tiene el personaje Ruperto, con 74,2, en 2006-. Y en el recién pasado Festival del Huaso de Olmué llegó a un peak de 32 unidades, cifra histórica para el evento. Sin embargo, aún así le cuesta negociar.
El humorista aseguró en la conferencia de prensa -dada tras su actuación en Olmué- que en sus últimas conversaciones para volver a Viña, recibió un trato que no se esperaba. Estas fueron sus palabras, recogidas por El Mercurio:
«Cerré mi vínculo con la gente de Viña. Una de las posibilidades era que yo cerrara este ciclo en el Festival, pero consideré indigna la forma en cómo se me trató en el acuerdo profesional. Por lo tanto, no hay nada más que conversar con la gente de Chilevisión.
“El trato inadecuado, distante y poco sutil entre el artista chileno y el internacional; esa mirada casi de menosprecio hacia el trabajo que se realiza en este rubro en este país que, además, es lo más visto del Festival. De hecho, soy el humorista más exitoso del ciclo de CHV.
«Pero no se puede hacer tratos con gente que basurea al artista nacional. A los de afuera les preguntan ‘¿cuánto cobras?’, a nosotros nos dicen ‘tenemos esto para ofrecerte’. No comparto esa forma peyorativa, no solo conmigo, sino con todos los que van. Habíamos superado eso, en las últimas veces que estuve se me trató con respeto, pero ahora el trato no fue idóneo”.
Y fue el Director General del Festival de Viña, Alex Hernández, quien le respondió de manera certera. Estas fueron sus palabras:
«Sus precios eran demasiado elevados, tremendamente elevados, por decirlo de forma cariñosa. Y lo segundo es que no todos estaban dispuestos a hacer Viña, porque sentían que quemaban su rutina y se les acababa la pega en el año. Por eso hacían un cobro muy alto y, según ellos, tenían que salvar el año completo.
«Efectivamente hubo una conversación con él, con el canal, donde no se llegó a acuerdo, porque ahí había un acuerdo que involucraba la compra de su película, además del show que estaba haciendo de aniversario íntegro. Lo que significaba que en algunos momentos la rutina humorística se interrumpía con canciones o rutinas donde no estaba él solo… No queríamos tango, no queríamos nada más que eso, y él no estuvo de acuerdo y nosotros tampoco. No queríamos canciones, tangos, ni nada de eso».
