Matías Vega lleva dos años sin comer carne y planea cambiar su nombre en Instagram a «Matías Vegan»: «Cuando veo carne en los asados me imagino a mi gatita o mi perrito…»
Matías Vega lleva dos de sus 34 años sin comer carne ni productos de origen animal.
Esta semana, en un contacto con Al Otro Lado -programa que Nataly Chilet transmite en vivo por Instagram-, el comunicador contó en extenso el origen y lo que ha significado para su vida este cambio de alimentación:
Matías Vega: “Estoy pesando en cambiar mi nombre (en Instagram) a ‘Matías Vegan’”
Nataly Chilet: “Sí poh, si eres un referente en ese tema. Hay algunas polémicas relacionadas al mundo vegano. Me acuerdo de una con Polo Ramírez, porque le dijiste ‘oye, Polo, pero si tu hija es vegana’. Y dijo ‘yo no hablo de mi hija y tú no puedes hablar de mi hija’”
Vega: “Claro. Es que estaba la Eli Albasetti también en el estudio ese día. Yo estaba en la voz en off. Con Polo, a todo esto, nos llevamos súper bien. Él ha sido muy cariñoso conmigo. El tema era el rodeo”
Chilet: “Has tenido discusiones públicas por ser vegano. ¿Para ti cuán importante es ser vegano?”
Vega: “Ha sido importante y he tenido un cambio importante de conciencia. Cuando uno empieza a ver que todos son seres vivos, que uno hace más daño del que debería, incluso con el ecosistema y el medioambiente, porque los veganos estamos en contra de cualquier abuso animal.
“Esto conlleva, y si estudias bien esto, puedes llegar a tener una buena salud. Y además, junto con eso, ayudar al ecosistema es bacán. Los veganos estamos en contra de cualquier abuso animal.
“Ha sido bacán porque en Chile, en estos últimos años, ha habido un avance gigante en el cambio de conciencia que incluso la gente está aceptando a una persona vegetariana o vegana y ya no son bichos raros. Porque hace un tiempo, yo soy hace dos años vegano, hay gente que lleva mucho más, 10, 15 años, lo que es mucho más difícil aún.
“Y ahora hay gente que llega y no dicen ‘ya llegó el mañoso’. Hay opciones. Vas al supermercado y hay mayonesa, siempre han existido las legumbres, un montón de otras cosas.
«Hay empresas grandes que están haciendo pizzas veganas. Las empresas de queso están sacando quesos veganos, los yogurt, lácteos, están sacando yogures de soya. La industria está cambiando. Todo está cambiando. Ha sido bonito ser presente y parte de eso”
Chilet: “¿Y qué es lo más difícil? ¿Decir, de un día para otro, ‘voy a ser vegano’? ¿O fue un tránsito y fuiste sacando cosas?»
Vega muestra un libro: “Por esto me hice vegano: Depura Vida: Nutrición Depurativa. Yo venía de Uruguay, de comer demasiada carne. Fuimos con unos amigos un fin de semana a comer carne. Además, había estado en una dieta muy estricta. Lo pensaba cuando competía en CrossFit y otras cosas. Comía pura carne. A veces eran dietas de pura carne, cero carbohidratos.
“Me compré este libro, que es de un chileno y habla de las depuraciones, que es desintoxicar el cuerpo. Tú puedes hacer una depuración por siete días, por ejemplo, comiendo cerezas. Y específicamente es para regenerar los órganos. Y dije ‘que bacán, quiero hacer una depuración’, como había estado comiendo carne, desintoxicar, partir de cero.
“En este libro sale como se digiere cada uno de los alimentos. Te habla de cómo se digiere una manzana, un melón, la leche, la carne, pescados, el pollo. Te dice como se digiere cada una de estas cosas, cuales son sus beneficios y las que son tóxicas para el organismo.
“Empecé a eliminar todo lo que hacía mal para el cuerpo. Y quedé en una dieta vegana. A un amigo le dije ‘weón, soy vegano’. Y me dijo ‘no eres vegano, porque andas con zapatos de cuero, chaqueta de cuero, y los veganos no usan eso’. Y ahí empecé a investigar sobre veganismo y ya a la semana era vegano.
“Decía ‘el helado de agua’, pero el helado de agua tiene o le echan una especie de gelatina o colágeno y eso está hecho de huesos de animal o cartílagos. No es tan fácil.
“Una vez estaba en Ovalle, un día domingo, donde no todo estaba abierto y no hay opciones, todo tiene algo de carne. Puede ser la ensalada, pero arriba con un pollo. O papás salteadas, pero con mantequilla, que tiene leche.
«La comida de todos los veganos es marraqueta palta. Eso salva siempre. Marraqueta palta te asegura que te vas a satisfacer y no vas a pasar hambre. O frutos secos.
“En Rapa Nui me pasó, por ejemplo, es una cultura donde van en el bote, pescan artesanalmente, no industrial, pero sus principales fuentes de proteína son de animal. Comen harto pescado, asado. Todos los platos allá tienen algún animal muerto. Los 15 días que estuve allá lo hice comiendo pan con palta y frutas»
Chilet: “Y cuando te sientas en la mesa con alguien que está comiendo algo animal, ¿te incomoda, te molesta? ¿O ya te es un poco indiferente?”
Vega: “Lo que pasa es que ya tengo 34 años. Treinta y dos años de mi vida comí carne hasta por las orejas. Me siento muy fresco en decirle a alquien ‘oye, la carne y no sé qué’.
«Pero me ha pasado que, cuando me invitan a asados, si bien todos mis amigos y la gente es bacán en eso, porque se dan un espacio para preguntar, se habla en la mesa o se preocupan de hablar. En los asados, de repente, me llevan unas hamburguesas veganas. O me llevan verduras para tirar a la parrilla.
“Pero me ha pasado, y cada vez más, que cuando veo carne en los asados me imagino a mi gatita o mi perrito. Cuando me imagino eso, me da como cosa.
“De repente siento ese olor y te dan ganas. Imagínate, fue algo que comí por 32 años de mi vida. Como olvidar lo rico que es la carne mechada que hace mi mamá, en olla a presión, con la receta de mi tatarabuela y con papas mayo. Pero esos son recuerdos. La causa es mucho más fuerte.
“Yo sé que, si bien es un gusto que tengo en mi recuerdo, y que ‘uy, qué rico, me gustaría hacerlo de nuevo’, yo, al probar eso, le estoy haciendo daño a un ser vivo. Eso está pesando mucho más, porque si me como esa carne, yo no vi el proceso, no maté a ese animal, le estoy pagando a alguien para que lo haga. Y eso me crea un conflicto en mi cabeza. Así que prefiero no hacerlo”.
