«El Discípulo del Chef fue más enfocado a la farándula, cahuín, peleas o conflictos… MasterChef es superior en lo que quiere comunicar sobre la cocina», declaró Max Cabezón
“El formato de El Discípulo del Chef fue más enfocado a la farándula, al cahuín, a las peleas o conflictos», afirmó Máx Cabezón.
El cocinero que tiene un emprendimiento de pizzas se hizo conocido en 2015 al obtener el segundo lugar en la segunda temporada de MasterChef Chile.
Este año estuvo en el último ciclo de El Discípulo del Chef, en Chilevisión, protagonizado por participantes populares, finalistas y ganadores de diferentes espacios de cocina.
Cabezón no llegó a la final y, tras la emisión de su eliminación del concurso, habló con el sitio Página 7, a fines de octubre.
Entre otros temas, opinó de El Discípulo y, a lo ya enunciado, agregó:
«De repente podías sacarte la cresta y te decían ‘bien. Pero le daremos más foco a este compañero que se agarró con no sé quién o que dijo tal cosa’.
“Quedé un poco defraudado del programa, porque tenía mucho más de cahuín que de gastronomía propiamente tal. En el macro, siento que la cocina quedó muy al debe en el programa.
“Disfruté más MasterChef, porque fue 100% gastronomía, ese era el foco. Lo digo abiertamente: MasterChef es superior en lo que quiere comunicar sobre la cocina”.