«Felipe Camiroaga me dice ‘yo te corto el pelo si lo necesitas’… Quedé pelao-pelao. Llegué a mi casa y mi mamá me ve y se pone a llorar», recuerda Marcelo Comparini
«Me dice ‘¡pá’ qué vas a ir a gastar plata! Yo te corto el pelo si lo necesitas'», relata Marcelo Comparini sobre la ocasión en que Felipe Camiroaga le cortó el pelo, con un resultado que no esperaban.
El periodista de 60 años recordó la anécdota con quien fue su amigo, ocurrida hace más de tres décadas. Esta fue la historia que Comparini contó en el programa Podemos Hablar, en Chilevisión:
«Cuando entré a Chilevisión, al poco tiempo entró Felipe Camiroaga. Felipe entró a ser asistente de cámara en prensa y después se vino al área de entretención y era asistente de dirección de Bibiano Castelló, quien dirigía un programa que hacía yo con Karin Yanine que se llamaba Estudio Club.
«Nos hicimos muy amigos, teníamos el mismo humor, nos reíamos de las mismas tonteras. No me recuerdo si fue en ese mismo año… Yo creo que Felipe ya estaba haciendo Extra Jóvenes, que llegó un punto en que era verano, había muy poca gente y estábamos en su casa, que vivía con el papá, camino a Farellones.
«Le digo ‘ya, me tengo que ir, porque me tengo que cortar el pelo’. Y me dice ‘¡no, pá’ qué vas a ir a gastar plata! Yo te corto el pelo si lo necesitas’. Le dije ‘okey, córtame el pelo’. Estábamos en una terraza y empieza a cortar. Y uno no ve. Tenía el pelo bastante largo, tenía que cortármelo un buen poco. Y siento que llevaba un buen rato casi en el mismo punto cortando…
«Le dijo ‘pero llevai una hora aquí’. ‘Es que parece que la cagué’, me dijo. ‘¿Por qué?’. ‘Es que me fui muy para adentro e hice un sacado, un machetazo’. Me voy a mirar al espejo y efectivamente se me veía aquí… Me dijo ‘pero se me ocurre una cuestión genial: ‘¿y si te pelo?’. Le dije ‘ya’. Era verano, nunca había estado pelado al rape, así que ‘bueno, dale’.
«Me cortó el pelo absolutamente. Después trajo una máquina de afeitar y quedé pelao, pelao, pelao. Llegué a mi casa, vivía con mis papás, y mi mamá me ve y se pone a llorar. Le dije ‘¡mamá, estoy feliz! Estoy bien. Si hace calor’. Me dice ‘no. La gente que hace eso es porque tiene problemas’. ‘No, si estoy bien…'».