2092418.jpg

El rudo cara a cara entre Arturo Longton y Gonzalo Egas

Autor: admin_copesa / 25 marzo, 2015

Eran amigos. Inseparables. La amistad entre Gonzalo Egas y Arturo Longton llegó a ser una de las más destacadas en la historia de los reality. Compartieron y sufrieron juntos en La Granja (Canal 13,  2005), y en 1810 (Canal 13, 2009), consolidando una relación que tuvo varios idas y vueltas, pero que terminó con colapsar en 2013.

 

Ambos protagonistas lo reconocieron anoche, en Reality.doc. El fin de todo comenzó cuando Andrés Longton se enteró que Wilma González le puso fin a la relación de ambos en medio del reality Mundos Opuestos 2 (Canal 13, 2013), a través de un mensaje que leyó en pantalla y que produjo una dramática escena –MIRE LO QUE PASÓ ACÁ–.

 

Luego de eso, Egas reconoció que tenía una relación con Wilma, ex de Andrés. Eso desató la rabia en Arturo. Y no solo eso. Gatilló el fin abrupto de la amistad con Gonzalo, tras una serie de declaraciones. “El conflicto comienza al momento en el cual Arturo se empieza a referir de mala forma de mi actual pareja”, aclaró Egas en Reality.doc, haciendo relación a la siguientes palabras de Arturo: “Que se revuelquen harto y que lo disfruten” –VEA MÁS ACÁ–.

 

Longton lo reconoció. “El quiebre de nuestra amistad no fue porque él anduviera con la Wilma o no. Fue porque yo hice un comentario, del cual él se enojó. Después yo le pido disculpas», comentó Arturo en el espacio de Canal 13.

 

Y vino la sorpresa. El programa preparó un cara a cara entre Gonzalo y Arturo frente a la casona donde se ambientó La Granja y 1810. Allí se encontraron y saludaron fríamente. Pasaron unos segundos y comenzaron a hablar, sin lograr limar asperezas. Mire el diálogo:

 

Gonzalo Egas: “La verdad es que no tengo mucho que decirte”. 

 

Arturo Longton: “Lo mismo venía pensando yo”.

 

Egas: “O sea, tengo mucho, pero nada muy cariñoso ni buena onda, para serte súper franco.

 

 “¿Sabí lo que pasa, Arturo? Llegai, hablai, decí cosas… De mí podí decir mil cosas, pero yo nunca he dicho nada de ti de la información privilegiada que tengo. No me refiero a cosas malas, sino a cosas íntimas. Si estai hablando de mi pareja, me estai atacando a mí poh, hueón. Es como si yo hablara de una pareja tuya barbaridades, ¿no te sentirías atacado?”.

 

Longton: “Sí… ¡Obvio que sí poh!”.

 

Egas: “Entonces, ahí siento que es donde te equivocas poh, hueón”.

 

Longton: “Yo te lo reconocí y te pedí disculpas poh, hueón. La primera yo te llamé altiro y te dije ¿Te acordai? Que me había desubicado y toda la cuestión. Y después tú dijiste que no te interesaba lo que dijera y ahí me sentí yo poh. Fue fuerte. Pero sabí cómo soy yo, que se me escapa la moto. Por eso te llamé altiro, porque caché que la había cagado. Soy un hueón que sé reconocer cuando me equivoco, ¿cachai o no? No soy terco ni obtuso y digo ‘no, hueón, yo soy así y bien’. Me di cuenta que la cagué”.

 

Egas: “Decí que te arrepentí, en el fondo está bien. Yo sé que está bien…”.

 

Longton: “Más no puedo hacer que eso. Cuando tú te mandai la cagá, y el error ya lo hiciste, ¿qué más vas a hacer? No puedo hacer nada más poh, hueón, ¿cachai?”.

 

Egas: “Pero después seguiste hablando hueás…”.

 

Longton: “Pero eso fue mucho después, cuando estaba caliente. No estábamos en nada. Yo estaba enojado ya, porque sentí que ya no había ningún tipo de amistad. Como que te daba lo mismo poh”.

 

Egas: “Pero pese a todo, cuando a mí me da lo mismo, ¿yo hablé mal de ti?”.

 

Longton: “Yo tampoco hablé mal de ti poh”.

 

Egas: “Pero hablaste mal de Wilma”.

 

Longton: “Pero estoy hablando de ti, estoy hablando de los dos”.

 

Egas: “Entonces, Arturo, decí que era de mí y era de ti poh. Es ahí donde te confundes, porque si tienes información privilegiada, y la quieres compartir, compártelo en la misma instancia en la cual obtuviste esa información privilegiada. Si tú, en virtud de nuestra amistad y de la gente con que te has relacionado, sabes cosas de esas personas y quieres compartirlas y discutirlas, hazlo, pero en la misma instancia ¿Me cachai? Tú no poh. ‘No, tú mandai mensajes de no sé qué’”.

 

Longton: “Fue una vez, en todo caso. No contestaba nunca. La vez”.

 

Egas: “Tú pedí disculpas, hueón, y después decí, y no basta poh, Arturo. No basta. No basta, porque en el fondo te calentai y te da lo mismo poh. Te da lo mismo. Y faltai el respeto. En un minuto dijiste ‘por algo Gonzalo no tiene amigos’. Si tengo que quedarme sin amigos, hueón, porque tú te referí así a mi pareja, claro que me quedo sin amigos. Yo me he mandado cagás en mi vida y tiene un costo. Lo que tú hiciste tiene un costo para mí, y eso no te da pie para decir ‘por algo este tipo es…’. ¿Qué tiene que ver eso? Yo también tengo información privilegiada tuya”.

 

Longton: “Lo sé. Por algo nunca he hablado de voh”.

 

Egas: “Arturo, dijiste ‘por algo este hueón está sólo, no tiene amigos’.

 

Longton: “Ah, bueno. Eso fue porque yo me refería a que cuando tú estás en pareja, que es cosa tuya, sea quien sea, da lo mismo, tú te ciegas y no existe la amistad para ti”.

 

Egas: “No te metas”.

 

Longton: “Si nunca me quise meter”.

 

Egas: “¿Por qué te metiste, hueón? ¿Por qué te metías?”.

 

Longton: “Me agarraron dos veces (la prensa). Una afuera en mi auto, donde venía saliendo con mi hermano (Andrés), donde fue chistoso y tiré una talla. Y la otra me agarraron con celular en un carrete poh. Me preguntaron y me había tomado unos copetes. Fue así. Nunca fue con la intención de ir y decir algo. Fue que te pillaron mal parado y voh tirai una talla. Así fue”.

 

Egas: “Arturo…”.

 

Longton: “Yo tengo clara mi postura. Me equivoqué, lo asumí, y voh tení razón en eso ¿Qué más puedo hacer?”.

 

Egas: “Tu hermano y tú hicieron juicios morales con respecto a Wilma, y ni tú ni tú hermano tienen tejado de acero para decir cualquier hueá. Eso lo sabemos”.

 

Longton: “Bueno, ¡de repente se me escapa la moto poh, hueón! Pero no es mi filosofía y lo que siento. Cachai como soy poh, Gonzalo… Por eso te molesta. Si yo siempre fuera un hueón así, dirías ‘este hueón es así’. Sabí que no es algo que pienso y que siento ¿Cachai o no? Sabí que  tengo que respetar a tú pareja y a la pareja de quien sea, no sólo de voh, porque eri mi amigo, sino que a la pareja de cualquier persona”.

 

Egas: “¿Tú gran pareja quién fue?”.

 

Longton: “Sabí poh”.

 

Egas: “¿Te gustaría que yo tirara una talla de tu pareja en un contexto que ‘no es grave’?”.

 

Longton: “Quizás no”.


Egas: “Así que no tengo mucho que compartir contigo, Arturo, de verdad…”.

 

Longton: “Yo tampoco”.

 

Egas: “No tengo buena onda. Espero que esto no trascienda en lo absoluto. De mi punto de vista, no hay ningún tipo de intención de que esto pase. Nada. Que te vaya bien. Chao. Cuidate”.

 

(Se dan la mano y se van en silencio)