Glamorama
Bravo reveló el duro drama con Campos en Mentiras Verdaderas. IMAGENES / LA RED / ARCHIVO COPESA

La insólita acusación al modisto Rubén Campos

Autor: C. Z. / 1 abril, 2016

En Chile es frecuente que a la gente talentosa y con éxito se le intente opacar. “Chaquetear”, como se dice. Estos últimos días han aparecido entrevistas a dos diseñadores, Iván Grubessich y Nicanor Bravo, quienes han culpado a su colega Rubén Campos de parte de sus fracasos.

Campos es el modisto chileno más destacado de las últimas décadas, creador de un estilo único y autor de famosos vestidos. Sin embargo, en revista Paula, Grubessich opina que “le hizo daño a toda una generación de diseñadores imponiéndose como el mejor de Chile. Impuso un único parámetro con su manera de diseñar que otros copiaron” –MIRE AQUÍ LA ENTREVISTA COMPLETA-.

Y ahora, en Mentiras Verdaderas –VEA ACÁ EL VIDEO-, Bravo destaca con cierto tono negativo que Campos haya elaborado una carrera siendo meticuloso en extremo y, cree que, después de diez años de trabajar con él, lo vetó de un par de eventos:

 

Nicanor Bravo: “Yo estuve muy pegado a Rubén. Trabajé al lado de él durante cinco años. Y me pareció increíble la nota de Rita Cox (a Iván Grubessich). La aplaudo. Porque hay muchas cosas, mitos que nadie lo dice. Y sin ofender, y sin faltarle el respeto a nadie, yo opino exactamente igual que Iván. Yo también sufrí de eso cuando me fui de la atelier de Rubén, que la pasábamos increíble. O sea, los dos trabajando juntos, sumar, sumar, sumar, y sumar. Y yo la pasé muy bien trabajando con él. Pero el tema fue cuando dejé de trabajar con él”

Ignacio Franzani: “Antes de tu salida, ¿cómo era la relación de Rubén Campos con la gente que trabajaba? Se dice que él es un obsesivo de la perfección, de alcanzar el mejor nivel”.

Bravo: “Es absolutamente obsesivo y el detalle al mínimo. No era capaz de cocer una puntada si no la veía exacta. No es una crítica. Todo lo contrario”.

Franzani: “¿Así como rajando vestidos?”.

Bravo: “Pucha, si algo no le gustaba, o se había hecho mal, se rompía, se hacía de nuevo y listo. Todos los diseñadores somos como un poco obsesivo compulsivo. Yo lo soy también. Pero yo entiendo que no podemos estar a ese nivel de presión hacia los demás, porque encuentro que la gente trabaja mucho mejor cuando tú eres mucho más light. Puedes ser igual de obsesivo, puedes estar detrás de las cosas muy impecablemente, como lo hacemos todos, pero un poco más light.

“Los dos teníamos personalidad fuerte. Las discusiones, cuando trabajábamos juntos, eran como que la gente salía corriendo. Pero esa obsesión que tenemos todos los diseñadores, por dejar las cosas impecables, a veces nos cuesta…”.

Franzani: “¿Pero eran discusiones profesionales estrictamente?”.

Bravo: “Si, profesionales, profesionales”.

Franzani: “¿Tu no acusarías maltrato?”.

Bravo: “No, no, para nada, porque era amigo. De hecho, para mí no era maltrato”.

Franzani: “Cuando dejaste de trabajar con él, Nicanor, ¿qué pasó?”.

Bravo: “Bueno, pasó lo mismo que hizo Iván, que estábamos vetados, no sé si por él. Nunca escuché a Rubén llamar y decir ‘no hagan esto de tal persona’. Pero yo tuve dos hechos muy marcados, que lo sé, porque me los dijeron. Yo no pertenecía a ningún desfile de diseñadores de grupo si Rubén estaba. El primer año que dejé de trabajar con Rubén…”.

Franzani: “O sea, de cierta forma, te sentiste ‘vetado’ por Rubén”.

Bravo: “No era que me sentía, estaba vetado por Rubén. El primer año que empecé con mi nombre acá en Chile, la Inessa (Sorokina), que es una modelo, que era una modelo muy importante de ese momento. Entonces, todo el grupo de diseñadores, modelos, gente de la televisión, nos íbamos a unir para hacer un desfile para juntar dinero para la Inessa. Había que pagar. Ella estuvo muy mal y todo eso. Y un beso para la Inessa, que ahora está regia.

Y fui uno de los primeros que me llamaron para ese desfile. Dije ‘feliz’. De hecho lo estaba organizando la Claudia Schmitd, que fue la que me llamó. Y al otro día me llama la Claudia. ‘Gordo, sorry, pero no vas a poder estar ¿Por qué? Porque cuando le dijimos a Rubén, dijo que si estabas vos, él no estaba’. Entonces, como Rubén era de mucho más peso, dije ‘si es para juntar plata para la Inessa, que esté Rubén’. No me sentí mal en ese momento. Pero resulta que pasaron ya 10 años de que dejé de trabajar con Rubén, y yo recién pude estar en un Fashion Week este año”.

Franzani: “Después de 10 años…”.

Bravo: “Después de 10 años”.

Franzani: “¿Había una suerte de monopolio?”.

Bravo: “Ojo, que por ahí la gente lo toma como que tiene que ser así, ¿me entendés? Y por ahí Rubén no estaba percatado y no lo hace. No sabría decírtelo. Pero toda la gente le tiene respeto. Entonces…”.

Franzani: “¿Hay una suerte de temor?”.

Bravo: “Me parece. Me parece que sí. Yo no hacía editoriales en revistas, ¿me entendés? Entonces cuesta mucho más mostrar tu trabajo cuando esto lo tenés.

“Volviendo a lo de Iván, me pareció valiente decirlo. Yo igual estoy hablando con mucho respeto de Rubén. Yo lo quise mucho. No puedo decir que lo quiero ahora. Me hubiera encantado seguir teniendo una relación buena con él. Pero él siempre miró como que uno es un aprendiz y que todos los diseñadores jóvenes que pasaron por su atelier, después de irse, copiaban sus diseños. Entonces, eso es lo que exactamente está diciendo Iván. Que él le hacía mal con este tipo de comentarios, porque hay que apoyarse entre todos nosotros, porque somos pocos.

“Ahora hay una serie de diseñadores que son maravillosos. Y de hecho yo he aplaudido a muchos de ellos, de los cuales, una vez que nosotros lo aplaudimos, ellos empiezan a tener una carrera. Yo soy amigo de todos los diseñadores. Vienen a mi casa. Hemos salido. Soy muy amigo de Luciano (Brancoli), de Octavio (Pizarro); Paulo Méndez es amigo de Nicolás (Najle, su pareja). Entonces ha venido a mi casa. Con José Cardoch, yo a José Cardoch lo amaba. Era un gran padre para todos nosotros. Era como un guía espiritual muy bueno. A mí me ayudó muchas veces. Entonces. Es eso”.

“Es una opinión. Y no está en desmedro de su trabajo y de él como persona. A mí me dolió mucho y espero que algún día podamos hablar esto, y no sea en un tono de agresión y de malos tratos, y nos riamos de este cuento. Que nos apoyemos en su momento”.