Cathy Barriga desclasifica veto en matinal de Canal 13
Son días de retro farándula. Ahora Cathy Barriga desclasificó en Intrusos que hace una década fue vetada nada menos que por quien era su amor por esos días: Javier Estrada.
Era 2005 y La Granja Vip se transformaba en el reality más exitoso de la historia de la televisión chilena.
En los días friolentos del encierro en Pirque, Cathy encontraba consuelo frente bullying de Pamela Díaz en Javier Estrada, el cantante español que se había hecho conocido en la competencia internacional del Festival de Viña porque cada vez que salía al escenario se romía la polera para mostrar el físico.
Cathy y Javier se besaban en pantalla. Pero fue una relación que no se consolidó. Y con razón, porque la hoy esposa del diputado Joaquín Lavín León, reveló en el programa de La Red que, a pesar del cariño que demostraba en público Estrada, en privado la vetó en Canal 13:
Jennifer Warner: “Yo me acuerdo que una vez tú estabas lista para ser la animadora del matinal de Canal 13. Hiciste un súper buen reemplazo a la Karla Constant, en el programa Juntos”
Cathy Barriga: “Estaba de vacaciones la Karla”
Warner: “Y el rumor que circulaba en el ambiente era que Javier Estrada, lo voy a decir, porque manejo esa información, había impedido que tú surgieras”
Barriga: “Yo viví cosas en distintos matinales, en el 13 y en el Buenos Días a Todos. Iba a firmar mi contrato en el 13 y, bueno, lamentablemente de quien había sido ganador y de su mánager era que yo no podía estar junto a él en ningún tipo de programa, lo que me limitó a salir. Y yo le agradezco a la persona que me lo dijo, el productor en ese entonces, porque o sino no habría entendido nada hasta el día de hoy. Lo mismo pasó en el Buenos Días a Todos.
“Fue en el momento en que estaba La Granja. ¿Viste que estaba como súper top? Todos te pelean. Y me dicen ‘Cathy, te vamos a contratar por dos años’. Me lo han dicho y yo hice una cena con mi familia, celebré”
Warner: “Te gastaste la mitad de la plata (ríe)”
Barriga: “Terrible. Pero ahora yo me río. Y uno de los productores, que no voy a decir el nombre, me hizo firmar un papel que al final decía… Y no me empezaban a llamar después. Llegó el verano y empecé a llamar. ‘¿Y qué vamos a hacer?’, inocentemente, poh. Y claro, era dos años donde deseché otras opciones que me habían dado en otras partes, porque dije que me iban a dar trabajo estable. ‘Qué rico, vamos a comer’. Salí con mi familia. Celebramos. Y cuando voy, me dicen ‘no, no te necesitamos más’”.