El drama de Pato Sotomayor
Pato Sotomayor no solo quiere a su madre. La admira, la adora. Por eso el hombre que se hizo conocido por sus simpáticas locuras en pantalla confiesa que «preferiría tener cáncer yo», cuando habla del mal que afecta agresivamente a su mamá, la concejala por Peñalolén Estrella Gershanik, de 66 años.
“Ha sido súper difícil como familia. Yo me casé recién. Mi mamá ya había tenido un cáncer antes, hace como tres años atrás, pero ahora se le ramificó y el tratamiento no ha dado los resultados esperados», afirma.
Pero el orgullo de Sotomayor solo aumenta cuando ve que Estrella, a pesar de los agotadores tratamientos, se pone en pie y sale a la calles a compartir con la gente de su comuna, en campaña para un tercer período como concejala. Así lo cuenta en esta entrevista con Glamorama:
Pato Sotomayor: “Ella trata de subirle el ánimo a otra gente. Hemos participado en cadenas de oración. Los vecinos también han participado. Mi mamá hace charlas, les consigue un doctor para que hable con los vecinos sobre el cáncer y la prevención. Ha sido recíproco».
¿Cómo han vivido este proceso?
“Ha sido súper difícil como familia. Yo me casé recién. Mi mamá ya había tenido un cáncer antes, hace como tres años. Pero ahora se le ramificó y el tratamiento no ha dado los resultados esperados.
“Al comienzo, el diagnóstico era súper lapidario, muy lapidario, para destruirse. Yo me fui muy mal. Y le han hecho hartos tratamientos distintos, desde quimioterapias hasta tratamientos complementarios. Todo lo que tú te puedas imaginar. Pero igual no se ha podido eliminar por completo.
«El cáncer llega a una etapa y se ubica en algunas partes donde el tratamiento se hace difícil. Hay órganos en los que no se puede atacar, porque perjudicas otros”
¿Están buscando otras fórmulas?
“Le han hecho todo, todo lo que te puedas imaginar”
¿A qué tipo de tratamiento han llegado?
“Obviamente las quimio. Mi mamá cada dos semanas se interna en la clínica. Igual se mantiene activa, trabajando, y le pone todo el empeño y las ganas que se puedan. Desde inyecciones de muérdago, vitamina c, veneno del alacrán creo que se llama uno; inyecciones que te sacan el metal del cuerpo. Todo y tal vez más. No solo es un desgaste emocional, sino que también es un desgaste económico”
¿Toda la familia está ayudando?
“Sí. Pero mi mamá trabaja. Tiene isapre y siempre ha sido rigurosa, con seguros complementarios de salud. Eso le ayuda. Y nosotros ayudamos lo más que podemos. Pero las lucas son imposibles. Millones”
Debe ser un desgaste, con mucho compromiso emocional.
“Los que me conocen saben que soy súper mamón, muy apegado a mi mamá. Mucho. He hecho cosas como cortarme el pelo igual que mi mamá. Cuando pasan estas cosas, uno quisiera ponerse en el lugar de ella. En mi caso preferiría tener cáncer yo.
«Adoro a mi mamá, así es que hago todo lo que esté a mi alcance, no solo en términos de lucas, sino también emocionales. Voy todos los días a verla, a la clínica.
“Al comienzo, eso sí, me destruyó. Me devastó. En relaciones como la mía, la mamá lo es todo. Mi señora también. Pero con mi mamá tengo un apego demasiado fuerte. Además, la veo que sigue trabajando. Sigue dando la pelea. Aconseja a la gente del cáncer. Va a las quimio. Se hospitaliza. Sale y se va a trabajar a la municipalidad. Incluso si puede contar su experiencia, la cuenta. Pero todo es súper fuerte emocionalmente”.