Glamorama
Arturo Longton muy triste, en La Divina Comida. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / CHILEVISION

El penoso momento de Arturo Longton

Autor: Cristián Farías Ravanal / 3 octubre, 2016

En julio del año pasado Arturo Longton perdió a su padre, ex diputado y destacado hombre público. Luego se separó nuevamente de su esposa, Daphne Bunney. Y en La Divina Comida se emocionó hasta las lágrimas al hablar de ambos temas.

El chico reality -quien ha confesado que sufre depresión endógena- participó en el último capítulo de la temporada del espacio de Chilevisión -que fue grabado durante el otoño pasado-.

El grupo de protagonistas del programa de cocina, que se convirtió en lo más comentado en Twitter la noche del sábado, también incluyó a a Pilar Cox, Francisca Undurraga y Benni. Cada uno organizó una cena en su hogar para el resto del grupo.

Arturo fue un desastre con su menú –MIRE AQUI LO MAL QUE LE QUEDÓ LA COMIDA-, pero mostró una faceta muy sensible durante una entrevista íntima:

Francisca Undurraga: «Ya que estamos hablando de la familia, en tu Instagram dices que nunca pudiste decirle a tu padre que lo amabas, y él murió hace diez meses. ¿Cómo manejas esta situación hoy en día?»

Arturo Longton: «Desahogándome y llorando. Ya lloré lo suficiente. Ya hablé con la gente que tenía que hablar. Así»

De inmediato, el chico reality se emociona y termina llorando.

Undurraga: «Me gustaría saber cuál era la relación que tenías con tu papá»

Longton: «Cuando chico, muy, muy buena. Muy cercano. El era muy adicto a su trabajo, era trabajólico mal. Yo creo que entre los trece y los 18 se fue alejando un poco, y después ya nula. Entre los 19 y hasta que murió, nada»

Pilar Cox: «¿Qué pasó? ¿Qué sientes tú ahora por tu ex mujer, Daphne»

Longton: «¿Qué siento? Ese es un tema bien complejo, porque tengo un lazo kármico espiritual con ella que es muy raro, porque hemos estado separados tantas veces, por diversas situaciones en la vida. Y siempre nos vuelve a unir… Y nos vuelve a unir, y es como que… Ninguno puede rehacer su vida»

Cox: «¿Cuánto tiempo alcanzaste a estar casado?»

Longton: «Dos años, y pololeando 14»

Cox: «¡Guau!»

Longton: «Y ahora me separé hace como dos meses de nuevo. Porque siento que la hago sufrir mucho, porque ella necesita un hombre a su lado, no a un niño. En el fondo, siento que no le respondo como hombre»

Cox: «¿Quieres crecer para recuperarla? ¿O quieres dejarla ir?»

Longton: «(Cox se va a sentar a su lado, para contenerlo) Estoy bien, estoy bien… No sé… No sé lo que quiero… No sé lo que quiero… Ese es el tema. Pero estoy viviendo el minuto nomás.

«Es que es raro, es muy raro. Porque he tenido relaciones paralelas en las que he estado muy embalado y ella ha dejado de existir absolutamente. Y de repente ella vuelve a aparecer de lleno. Entonces, ¡¿cómo?! Tú no entiendes cómo. Cómo ella me aguanta. Yo mismo me reconozco. ¡Qué mujer va a querer estar con un weón como yo!».