Glamorama
Juan Andrés Salfate en una imagen de archivo tomada de pantalla.

La gran “volá” de Salfate! Habló con plantas de coca y marihuana y estas se enojaron con él

Autor: I. Sanhueza / C. Farías / 12 octubre, 2016

Juan Andrés Salfate fue valiente al enfrentar en público su problema con la cocaína. Durante el invierno de 2012 fue detenido e investigado por consumo y porte de la droga. Al año siguiente fue sobreseído.

El rostro de La Red inició un intenso proceso de sanación. Estudió el tema. Aplicó diferentes disciplinas, investigó y se abocó con el apoyo de su familia.

Ayer nuevamente se refirió, muy en extenso y alambicadamente, al asunto de las drogas en Hola Chile. Llamó la atención especialmente el segmento donde aseguró que conversó con plantas de coca y marihuana y estás le respondieron enojadas.

Este fue el dialogo en el matinal de la señal privada:

Julia Vial: “Con el cariño que te tengo, te quiero preguntar algo: ¿Cómo reaccionó la Ceci (su pareja)? ¿Estaba al tanto de que tú consumías, o se sorprendió?”

Juan Andrés Salfate: “No se sorprendió, porque en más de alguna ocasión, en una fiesta, alguien se fumó un cuete, u otra cosa. Te estoy hablando de la Cecilia, una persona que no toma alcohol. Simplemente no le gusta. No le llaman esas cosas. En mi familia, mi hijo mayor tampoco. No toma alcohol nunca. No hay interés. No hay un problema con eso. Mi hijo del medio ha estado con sesiones depurativas conmigo, al igual que toda mi familia.

“No tienen un interés por eso. A mi hijo del medio una vez le dieron a probar un pito y, obviamente, él está más alto en términos de experiencia con eso. Entonces, ni siquiera le interesó. En el caso de Cecilia, ella no veía en mí mayor problema, porque siempre he sido una persona súper responsable, que ha respondido y todo”

Vial: “¿No caíste en las clásicas mentiras o en esas excusas de las que hablábamos?”

Salfate: “Alguna vez me llamó la atención, cuando me fui a quedar con un amigo y me retó. Yo le decía ‘bueno, si está bien’. No me miraba dando la cuerda, porque nunca dejé de ser la persona que siempre he sido, en términos de responsabilidades y en un montón de cosas. Pero por mucho que uno piense que esto es controlable, no, es jugar con los límites.

“Si yo digo que hoy día ‘me doy la patá’, por ejemplo, y mañana a las 8 AM estoy acá, la mayoría de las personas va a decir ‘no tengo problema’. Hay que ver más allá. Habría que ver qué necesito yo para recuperar eso en términos de cansancio. Cuando comienzo a no responder, en términos emocionales, en términos de no acompañar a los demás, entonces la deuda va a caer en algún sector, porque finalmente las drogas ¿qué son?

“Me voy referir a dos drogas en particular, que son opuestas. Esto lo digo a partir de estudios. La gran mayoría de mi juventud fumé marihuana y la ocupaba en todo mi placer del cine, de la música, tirarme en el living y escuchar hasta la última capa de sonido. Fue un momento que no alcancé a estar ni un año así y me pegó una desconocida. A lo cual yo intenté, siete años después, que un amigo me convida, y me vino así mal, con ganas de matarme. Me rechazó.

“Lo que iba entendiendo es que estas cosas, las drogas sobretodo, son, de una manera bien mística, violaciones a plantas de poder que significa que tienen un Dios adentro. Tienen capacidad introspectiva brava, pero se enojan al ser transgredidas.

“La cultura mapuche esto lo conoce muy bien. Todas estas plantas que pueden ser medicinales, como la coca, que es un tremendo reparador de úlcera, un tremendo energizante, que no trae problemas de adicción cuando la masticas, por ejemplo, o la tomas en infusión. Cuando tú esto lo transgredes, lo conviertes, lo pasas por solventes, o prensas con neopreno, estas plantas, y lo voy a decir con todas sus letras, porque he conversado con ellas en otros estados, se enojan y se empiezan a quedar con tu alma.

“Fíjate que las dos, como la cocaína, por ejemplo, es más evidente, porque uno puede decir ‘sí, es más fuerte, porque me sacude. Es muy bravo. Esto es para valientes’. Pero la marihuana tiene el siguiente problema, y yo sé que muchos se van a chorear. Es lo que me ha tocado ver y conversar, fíjate, que de distintas maneras, siendo que es una fuerza femenina la marihuana, así como otras que son masculinas, como el tabaco, que es curioso que te haces adicto cuando lo tomas, no cuando lo fumas.

«La marihuana, cuando hablas respecto a los que fuman, me lo enseñó un siquiatra francés del centro. Me dijo: ‘Fíjate cómo van a hablar, como si hablaran de su polola y la van a defender así, como que te metí con ella, así como que ella me sirve, a mí me ayuda y todo lo demás. Como que le atacai a la polola’.

“Lo que hace la marihuana, al ser fumada, invierte los procesos. A las mujeres las vuelve más masculinas, las vuelve feministas. No me entiendan mal, en el sentido de enojaditas, un poco choreadas. Las vuelve empoderadas, porque las da vuelta. Se enoja. Y a los hombres los vuelve más pasivos, los vuelve femeninos, entendiendo una fuerza más tranquila, de no querer hacer las cosas”

Coni Roberts: “Pero es una gran generalidad esto”

Salfate: “Es una generalidad que puede tener excepciones, Coni, porque tiene que ver con la relación que tu tení con la vida. Porque es distinto si tú fumas porque lo consideras como una recreación válida, o alguien que se afirma en ella”

Roberts: “Yo estoy pensando en las distintas fases que puede tener la marihuana, algunas recreativas, otras medicinales…”

Salfate: “Yo lo veo desde el fanático. El problema es que, en ese caso, se nota menos, porque dicen ‘me trae beneficios’, Pero, sin embargo, la planta te está fumando a ti. Hay un canto de cura que se hace en el caso de la cocaína, que dice ‘me quería quedar con tu energía, y yo me quedé con la tuya’. Porque da eso. La cocaína da energía. Pero cuando lo tomas de una manera, finalmente comienza a robarte la tuya. Entonces, mi relación con estas cosas es de otra manera.

«Yo sé que suena místico y todo, pero sabí que no lo puedo negar, desde la experiencia que tengo. Y respecto a los grandes doctores que lo avalan, y que funciona de esa manera, yo tengo un respeto por los espíritus que viven en esas plantas, que no son cualquier planta. Son plantas de poder y ese poder hay que llevarlo con cuidado”.