Glamorama
Juan Pablo Queraltó y El Flaco Paul Vásquez en imágenes de archivo. FOTOS: ARCHIVO AGENCIA UNO

¿Por qué el Flaco de Dinamita Show le quiso pegar a Juan Pablo Queraltó?

Autor: Andrés Cantuarias / 31 octubre, 2016

En la carrera de cualquier periodista de farándula con experiencia figura al amenaza de algún famoso. En Mentiras Verdaderas Juan Pablo Queraltó contó que, en su caso, estas advertencias se las hizo una pareja de Paul Vásquez, que integró el famoso dúo Dinamita Show, y gente del entorno del humorista, cuando era reportero de SQP –VEA ACA EL VIDEO-. Estas fueron sus palabras en el late de La Red:

“A mí me tocó un día hacer la historia secreta del hijo perdido del Flaco, de Dinamita Show. ‘El hijo no reconocido de Paul Vásquez’, ese era el título de la nota que me estaban dando. Era un golpe periodístico que quería dar el programa.

“El único dato que había es que esta persona, o que esta pareja de Paul, estaba en Casablanca. Ese era el único dato que había y para allá partimos con mi camarógrafo, con el Lalo, que era el chofer, a preguntar, ‘oye, ¿usted conoce a tal persona’. Hasta que llegamos al lugar, a la casa donde estaba esta pareja que habla del tema, muestra fotos y habla del hijo. Se destapa la olla.

«Mi trabajo también era la contraparte. Llamé a Paul Vásquez, contesta la pareja que él tenía en ese minuto, que era su mánager. Me dice ‘no vamos a hablar de ese tema, tenemos cosas más importantes de que hablar’. Escribo lo que él me contó y al otro día lo presento.

“Después Paul Vásquez llama muy molesto por lo que había aparecido. Emputecido. Hoy le encuentro razón también, por lo que se estaba exponiendo públicamente. Me dice ‘contigo no quiero hablar, no tengo ningún interés de hablar contigo’.

«Me salí un poco del tema para no arruinar el momento. Después yo era el niño que tenía que hacer notas de Paul Vásquez. Me gané un odio de él ¡tremendo! Que incluso me mandaban recados de que, si me veían en el canal, me iban a sacar la cresta, y trabajaba en ese tiempo en Yingo.

“Estuve saliendo ocho meses por la puerta de atrás del canal. No quería encontrarme con él. Yo tenía medio, no sabía cómo iba a reaccionar. Los mensajes se mandaban por alrededor. ‘Me dijo que donde te viera te iba a sacar la cresta’. Un día, de estas cosas de pasillos, me encuentro con su pareja de ese tiempo, iba bajando de las escaleras. Dice ‘¡ahí está! ¡Ahí está!’. Me dije: ‘Me lo está diciendo en chiste’.

«Le digo a ella ‘hola, ¿cómo estai?’. ‘¡No, no, no! Fuera de acá. Contigo no quiero ¡Tú que te aprovechaste de nuestra fama! Tú que te aprovechaste de Paul y dijiste miles de cosas. Quieres ganar pantalla gracias a nosotros, donde te vea el Paul te va a sacar la cresta’. Me fui achicando como los Picapiedras, iba bajando como el Chavo de Ocho. ‘¡Mierda, en lo que me metí!’ Me asusté mucho más. Hasta que me volví a encontrar con Paul Vásquez hace algún tiempo.

“Ellos fueron al Festival de Viña. ¿Y a quién mandan a hacer el backstage? A Queraltó, poh. Justo me tocaba la salida de ellos. Le decía al camarógrafo ‘tú graba nomás’, y yo medio tiritón. No es fácil enfrentarse en una situación como esa. Paul nunca me habló, y hace dos o tres años me toca animar una fonda con la Pamela Díaz en Maipú. Pasan cinco seis años de la situación. Veo quién viene, Dinamita Show, ¡ay, conche…!’ Tengo que presentarlos.

«Le digo al dueño de la fonda: ‘Don Pedro, yo tuve un problema con él, me da un poco de temor. Yo no sé si él todavía sigue enojado conmigo’. ‘No, tranquilo, si no que lo presente la Pamela nomás’.

«Esa noche, sentado en el camarín con la Pamela, conversando, de fondo se escucha ‘¡Pamela Díaz!’. ¡La voz del Flaco! Se abre la cortina y aparece él. Y yo así como que pesco el teléfono, no tengo escapatoria. Paul va y saluda a la Pamela Díaz, le da un abrazo todo muy coloquial, y yo en un rincón.

“Se acerca y me dice ‘¡Queraltó!’. Yo no sé de dónde saqué personalidad y le dije ‘¿cómo está, don Paul?’. ‘Bien poh, Queraltó, mira donde nos venimos a encontrar’. Yo dije ‘concha la lora, esto no sé cómo va a terminar’. Y me dice ‘tranquilo, compadre, ya pasó el tiempo, la vida cambia. ¡Súper buena pega!’. ‘Muchas gracias, le pido disculpas’.

«Yo estaba verde de nervios. En ese minuto necesitaba pañales de adulto, porque en cualquier minuto me iba pal baño. El fue muy generoso, fue muy buena onda. Con el tiempo ellos también se dan cuenta de que era un trabajo”.