Glamorama
Doble Tentación: Cristóbal tratando de escapar de Ingrid, e Ignacio resistiéndose a Lisandra, en el reality de Mega. IMAGENES TOMADAS DE PANTALLA / MEGA

Acoso en el nuevo reality de Mega Doble Tentación

Autor: Cristián Farías Ravanal / 25 enero, 2017

«¡Respeto! ¡Respeto nada más más!», le pedía el argentino Luis Mateucci a su compatriota Melina Figueroa en el capítulo de este martes del reality de Mega. «¡No poh Lisandra! ¡Ya poh! ¡No!», le repetía el chileno Ignacio Lastra a la cubana Lisandra Silva. «¡No! ¡Ya! ¡Para! ¡Deja dormir porfa!», le exigía el colombiano Felipe Lasso a la ecuatoriana Ambar Montenegro –VIDEO DEL CAPITULO COMPLETO-.

Todos ellos son participantes de Doble Tentación que entraron al programa con sus mujeres y, por lo visto en pantalla hasta el martes, reclaman ante al acoso de estas modelos calificadas como «tentaciones», cuyo fin es romper las parejas, tener intimidad con los hombres mencionados a como de lugar.

A diferencia de los anteriores realitys del canal de Vicuña Mackenna, donde existía cortejo, conquista y algo de romance, aquí las modelos, o «jotes» como les llaman en el espacio, tratan de forzar un encuentro íntimo lo más rápidamente posible. Insisten en que sus proposiciones se hagan realidad de inmediato, a pesar del constante rechazo de los tipos.

Lo de Doble Tentación parece un juego de niños comparado con lo que pasa en el terreno sexual en otros shows, como la serie Shore de MTV. Pero es una dinámica nueva. En Amor a Prueba la argentina Aylén Milla se demoró un buen período en abandonar a su pareja y comenzar una relación con el italiano Marco Ferri, enfrentando dilemas de todo tipo. En ¿Volverías con tu Ex? Camila Recabarren y Joaquín Méndez estuvieron toda la temporada cortejándose y cultivando una relación que finalmente no concretaron en el plano físico hasta que estuvieron fuera del programa.

En el séptimo capítulo de Doble Tentación se vieron varias situaciones incómodas.

Lisandra estuvo todo el episodio acosando a Ignacio, quien entró al reality con la chilena Silvina Varas. Sin embargo, todas las noches las parejas son separadas para que duerman con sus «jotes». Y hubo varias escenas donde la cubana se le acercó, le tomó las manos y besó a Lastra, siendo rechazada.

«¿Por qué yo siempre que te pregunto algo de ‘tú y yo’ siempre estás callado?», le comentó con voz melosa. «¡Porque estoy pololeando todavía poh mujer! Estoy enamorado todavía. A pesar de que mi polola no sea lo que yo esperaba, igual sigo enamorado», respondió él, evitándola y saliendo disparado.

«¿Yo no te provoco nada?», volvió al ataque Silva, posando su cabeza sobre el pecho de su «presa». «Amistad», le respondieron.

Otra escena: Lisandra toma la manos del tipo y le canta. «¡Ya poh!», reclama él. Más tarde, en uno de esos constantes juegos del programa donde el único fin es provocar sobajeos, langüetazos, tocaciones y besos «de 30 segundos» entre la gente que está pololeando y sus «jotes», la cubana frotó su espalda y sus curvas contra el chileno. Nuevamente le tomó las manos y lo besó desde «el muslo interno hasta la boca», mientras los demás participantes le sacaron la polera al tipo, quien gritaba «¡nooo! ¡Weón, ya, ya!»

En cosa de minutos, otra vez Lisandra sujeta las manos de Ignacio y lo agarra a besos. «¡Ya poh Lisandra!», reclama él y escapa. «Me gusta el olor de tu piel», se justificó ella. Finalmente logró entrar en la cama del hombre, a quien le tomó la cara y le plantó un beso en la boca. «¡No poh, Lisandra! ¡No poh!», fueron las últimas palabras que se escucharon de Lastra, que finalmente responde al beso. Ella se subió sobre él.

Al otro día Ignacio le explicó con tono machista a su pareja, Silvina, lo que pasó: “Se me tiró, se me tiró, se me tiró”.

Un par de camas más allá, el Cristóbal Alvarez, que entró al show con su polola Angela Duarte, trataba de liberarse de la ecuatoriana Ingrid Hasen, que lo tenía tomado por la muñeca exigiéndose que la abrazara, mientras el chileno replicaba molesto «¡Oyeee! ¡Yaaa!», hasta que logró zafarse y huir.

Y en otra de las camas, Ambar le exigía a Felipe, quien entró con su novia Angie Jibaja, «dame un beso de buenas noches». «¡No! ¡Ya! ¡Para! ¡Deja dormir porfa!», reclamaba el hombre.