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Pancho Saavedra en su visita a GlamoramaTV, en junio de 2019. FOTO: EDUARDO ANGEL

Pancho Saavedra tras el estallido social: «Uno tiene que intentar ser un buen comunicador y no ser un agitador en mala onda»

Autor: Cristián Farías Ravanal / 29 diciembre, 2019

«¡Dios mío!», exclama Pancho Saavedra en un mensaje enviado por WhatsApp desde la Isla Magdalena, Estrecho de Magallanes.

El viento se cuela en la grabación y la voz del animador apenas se escucha.

«Nos acabamos de pegar una salvada tan grande… Nos quedamos abandonados en la Isla Magdalena porque nos agarró en una lancha el estrecho de Magallanes y casi nos dimos vuelta. Así que tuvimos que devolvernos. Recién tuvimos un poco de señal… ¡Hace mucho frío!», dice el anfitrión de los programas más vistos del año en Canal 13.

Bien al sur​​, donde graba la nueva temporada de Lugares Que Hablan, el conductor de 42 años vio publicados los promedios de audiencia.

Contra Viento y Marea obtuvo 14,4 puntos de rating durante el 2019, ubicándose en el primer del canal privado.

En segunda posición quedó MasterChef Chile con 12,1. Y a tan solo tres décimas menos, con 11,8 unidades, Lugares Que Hablan consiguió el tercer puesto.

Con estos números el rostro de Curicó se ubica, además, al frente de las preferencias de la televisión abierta en un año marcado por la crisis social.

«Después del estallido estos programas pudieron volver con tranquilidad a la pantalla porque son honestos», explica el conductor. «No son ajenos a la problemático, a lo que se está alegando y a las causas totalmente justas que se están exigiendo hoy día para que existan cambios».

Saavedra cree que en estos días el público exige a figuras televisivas con opinión. El lleva años dándola a través de entrevistas y redes sociales. En Twitter, donde ha tenido debates con intensidad y algunos que han sacado chispas. Incluso un ministro lo «bloqueó» de la red social.

El animador ha peleado por causas. Se ha reunido con presidentes. Ha liderado campañas de ayuda. Ha marchado y también ha recibido críticas. Le han tildado desde «amarillo» a «comunista».

En un panorama televisivo de figuras despedidas, congeladas o renunciadas, el conductor ha sabido surfear la ola. ¿Cuál es su clave? «Creo que prudencia es la palabra», responde en esta entrevista:

¿Cómo le ha llegado la crisis social?

«Lo primero es que los programas que me ha tocado hacer nunca han estado alejados de lo que significa esta crisis social. Recuerdo haberme juntado con la Presidenta Bachelet y haberle planteado la deuda histórica que existe con nuestros pueblos originarios, haberle hablado del pueblo mapuche.

«Me pasó también con el presidente Piñera y la primera dama, que les pedí que crearan un ministerio para el adulto mayor, porque siento que están tremendamente desprotegidos. Y hoy día las causas sociales y todo lo que se está luchando tiene que ver con nuestro abuelos y padres.

«La salud, las pensiones, todo recae finalmente en ellos que son los más débiles, los más desvalidos, los más desprotegidos. Cuando debiese ser todo al revés, los más protegidos, los más cuidados».

¿Qué ha aprendido de esta crisis en su rol de comunicador?

«Las críticas hacia los comunicadores uno ha tenido que saber surfearlas. Porque hay gente que un día te tilda de ‘facho’ y otro de ‘comunista’ y ya no sabes como darles en el gusto. Pero eso es en redes sociales y siento, de verdad, que no es lo que pasa en la calle.

«Uno se angustia por lo que te dicen en Twitter, pero después sales a la calle y recibes abrazos, cariño. O vas a la manifestación, como me ha pasado dos veces, y solamente hay buena onda. Un día una persona me dijo algo así como ‘amarillo, que no tienes opinión’. Y se nota que no me conoce uno en nada, porque siempre he tenido opinión.

«Lo que pasa es que uno intenta ser medido. Uno tiene un rol como comunicador y no puede ser un agitador. Pero sí planteo con rudeza, certeza y claridad las cosas que están mal hechas, las que están bien hechas y las desigualdades del país. Creo que prudencia es la palabra, y eso no significa ser amarillo ni nada.

«Eso me ha enseñado este estallido social, que uno tiene que tener opinión, que la gente valora las personas que tienen opinión, pero tampoco puedes ser un incitador. Uno tiene que ser bien responsable.

«Sí invitar a marchar. A marchar por la ley del cáncer. Invitar a pedir justicia por las personas que han sido violentadas en sus derechos. Por supuesto que sí. Siempre hay que hacerlo. Todo con respeto. Que se investigue, que se llegue hasta el final y que las cosas finalmente resulten para bien y que de esto salga un Chile mucho mejor.

«Porque esto no es culpa de un solo gobierno, acá hay muchos responsables, desde Pinochet en adelante. Don Patricio Aylwin, Ricardo Lagos, la presidenta Bachelet, Sebastián Piñera, todos los presidente de Chile tienen algo que ver en lo que pasa hoy día.

«Esto explota después de treinta y tantos años porque nunca se hicieron las cosas de manera justa y nunca se hicieron las cosas de manera equilibrada».

«SALI EN DEFENSA DE KAROL LUCERO… Y CASI ME COMIERON»

«Con respeto a lo que les pasó a mis compañeros, hay gente que salió de la televisión, hay gente que congeló sus carreras, otros que fueron despedidos. Tiene que ver con la historia, con como cada uno ha ido trabajando sus carreras. Es bien difícil opinar de ellos.

«El otro día, por ejemplo, salí en defensa de Karol Lucero y dije ‘pucha, yo conozco a un Karol Lucero que ha sido un gallo que está con la Teletón, que siempre está con las personas con cáncer’. Y casi me comieron por decir eso. Es complejo, y al final uno tiene que saber que tiene que preocuparse de uno, intentar ser un buen comunicador y no ser un agitador en mala onda.

«Uno puede promover una marcha, uno puede promover que se haga justicia, mil causas, pero lo que no puedes hacer es guardar silencio. Las opiniones hay que darlas con respeto y todos queremos que de esto salga un Chile mejor para todos».