Jordi Castell sobre la mala onda en Instagram: «El otro día me puse a hacer aseo y me puse un chal completamente imitación Burberry. Y una señora tratándome de siútico, de roto con plata…»
Desde el consumo de unos tragos durante esta época de cuarentena por el coronavirus, a la mala onda en Instagram hablaron Jordi Castell y María Gracia Subercaseux durante el contacto que hicieron vía streaming en el programa El Aperitivo, que se transmite en vivo por Instagram.
Con respecto a comentarios que surgen en la red social, los fotógrafos compartieron lo siguiente:
Jordi Castell: “Necesito decir algo, que me cagué de la risa y te amé. El otro día hiciste un post haciendo como un ejercicio de alguien, que tú estabas imitando el ejercicio y más encima fuiste súper generosa al decir ‘es la @… no sé cuánto’. Fuiste súper transparente.
“Y un weón, porque no se puede decir de otra forma, típico maletero, chaquetero, como que te tiró un conchazo. Y tú fuiste y le respondiste en el muro: ‘No weón, no es esto, blah, blah, blah’. Me cagué de la risa. Eso se llama tener cojones”
María Gracia Subercaseux: “Yo tengo la mecha muy corta y tú sabes. Yo me veo súper buena, súper amorosa, la gente cree que soy un encanto. Pero a mí, si las buscas, me la encuentras en un segundo.
“Hoy día una mina me publicó en la foto de la luna que yo me había robado la foto. Para mí fue ‘¡¿me estai webiando?!’. Me demoré ene de rato en encontrar el diafragma, la velocidad, el iso, con Valde (Waldemar Méndez, su marido) al lado… Y me pone que me robé la foto de Google.
“La hubiera tenido al frente y le chanto en la cara el archivo. Pero me voló de ira, te juro. Y en ese sentido hay gente muy mala onda”
Castell: “Yo creo que, de partida, son gente que no mide la cantidad de fracasos que han tenido en su vida y son resentidos, lamentablemente. Pero además gente que espera que uno les conteste.
“Tú te mueres las webadas que me han escrito a mí, sobre estos últimos días. Olvídate. El otro día me puse a hacer aseo, me tocaba hacer aseo en la casa, obvio, como todos los chilenos.
“Y me puse mis guantes muy maricas, rosados, obvio, y me puse un chal que tengo que es completamente imitación Burberry, que lo compré en Independencia, me costó 300 pesos. Y una señora tratándome de siútico, roto con plata… Imagínate, yo…
“De partida, roto, ¿de qué plata me hablas? Nada. Pero bueno, hay que tener paciencia y cuero de chancho”.